El Gobierno central interpreta el desarme llevado a cabo por ETA como una operación mediática «para disimular su derrota» e «intentar sacar un rédito político de la misma».
El Ejecutivo, en un comunicado, ha rehusado hacer ninguna valoración sobre el armamento entregado hoy por ETA y sobre su integridad hasta que este haya sido analizado por las autoridades y la justicia francesa, de acuerdo con la legalidad vigente.
Y, como han subrayado sus miembros desde que se anunciara el desarme, ha reiterado que los terroristas de ETA no pueden esperar ningún trato de favor del y «mucho menos impunidad a sus delitos».
El Gobierno ha manifestado que la banda terrorista está «operativamente derrotada, sin futuro y con sus dirigentes en prisión».
«La única respuesta lógica a esta situación es anunciar su disolución definitiva, pedir perdón a sus víctimas y desaparecer, en vez de montar operaciones mediáticas para disimular su derrota e intentar sacar un rédito político de la misma», ha añadido.
En su opinión, lo ocurrido hoy no es más que la consecuencia de la derrota «definitiva» de ETA por la democracia española, «con las armas de la ley, la unidad política y la cooperación internacional, así como por la eficacia y entrega de los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado».
Por ello, ha recalcado que «los terroristas no pueden esperar ningún trato de favor del Gobierno y mucho menos impunidad a sus delitos».
Y ha garantizado que seguirá velando por el cumplimiento de la ley y la seguridad de los ciudadanos, así como «por el respeto y el homenaje a las víctimas del terrorismo, cuyo testimonio ha sido fundamental en la derrota de la banda terrorista y así debe seguir siendo en el futuro».