La reunión de este lunes entre el presidente del PP, Mariano Rajoy, y el líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha terminado en apenas media hora y ha servido para que el dirigente socialista traslade personalmente al jefe del Ejecutivo que su partido votará en contra de su investidura.
El encuentro se ha producido después de que la Ejecutiva Federal del PSOE avalara votar «no» a Rajoy en la sesión de investidura que comienza este martes.
Los dos han permanecido reunidos desde la una de la tarde en dependencias del Congreso, en el que ha sido el último intento de Rajoy de tratar de convencer a Sánchez de que los socialistas faciliten su investidura tras el pacto firmado ayer entre el PP y Ciudadanos, y el apoyo de Coalición Canaria.
Con esos respaldos, Rajoy sumará 170 votos a favor de su investidura, insuficientes para que salga adelante en la primera votación, el miércoles día 31. En la segunda votación, el viernes 2 de septiembre, bastaría con obtener más «síes» que «noes», pero para eso sería necesario la abstención de al menos once diputados de otros grupos.
Tras la reunión, Sánchez ha afirmado que el encuentro era «perfectamente prescindible» porque el candidato del PP no ha ofrecido «nada» al PSOE sino que «simplemente» le ha responsabilizado de que su investidura esta semana en el Congreso no vaya a salir adelante. «Y es responsabilidad exclusiva del señor Rajoy, de su incapacidad para articular una mayoría suficiente», ha asegurado el líder socialista.
Sánchez ha dejado claro que el PSOE mantendrá el 'no' a la investidura de Rajoy una vez estudiado también el acuerdo del PP con Ciudadanos. «Si queríamos más razones, las hemos encontrado en un acuerdo de gobierno que no rectifica los elementos nucleares de las leyes impuestas por el PP con mayoría absoluta: reforma laboral, reforma educativa o de cómo posterga la reforma constitucional que necesita abrir el país», ha dicho.
En cuanto la democracia se desprendió de nuestra industria pesada, nuestra flota pesquera y naval, y ahogó literalmente al sector primario, agricultura y ganadería, sus artífices emprendieron el despilfarro y vendieron todo nuestro patrimonio como almoneda de barato a los intereses de Bruselas. Ya no queda patrimonio nacional que confiscar ni vender; vivimos gracias a la deuda contraída, que más que externa es eterna, hipotecando de por vida a las futuras generaciones. Se niegan a admitir y reconocer el fracaso del régimen prostitucional. La retórica gubernamental seguirá vendiendo esperanza aun a sabiendas de que la ubre nacional –gracias a sus diecisiete insaciables mamones-, ya no tiene ni para un cortado. Somos líderes en Europa en casi todo: desempleo, prostitución, tráfico y consumo de drogas, fracaso escolar, y bajo nivel académico