Javier Limón, el marido de la auxiliar de enfermería infectada por ébola, Teresa Romero, ha abandonado este lunes el Hospital Carlos III, donde permanecía ingresado para cumplir el periodo establecido por el protocolo para poder determinar que se encuentra libre de ébola.
Limón ha abandonado el Carlos III a bordo del coche de su abogado y desde el coche, en declaraciones a Telecinco ha afirmado encontrarse «bien». Además, ha declarado que esta tarde dará una rueda de prensa y posteriormente, se irá a casa a descansar.
En cuanto a su mujer, a la que la semana pasada se declaró libre de ébola en sangre, ha asegurado que está «muy bien».
Esta previsto que a lo largo del día de hoy salgan del Carlos III los once pacientes que permanecían ingresados en el Hospital Universitario La Paz-Carlos III por haber estadoen contacto con Teresa Romero.
Para Teresa y Javier Hay un puente que queda entre el Paraíso y la Tierra, y se llama Puente del Arco Iris. Cuando un animal que ha sido especialmente amado por alguien aquí en la Tierra muere, entonces va al Puente del Arco Iris. Allí hay valles y colinas para todos nuestros amigos especiales, para que ellos puedan correr y jugar juntos. Hay mucha comida, agua y sol, y nuestros amigos se encuentran cómodos y al abrigo. Todos los animales que han estado enfermos o que eran ancianos, recuperan su salud y vigor; aquellos que fueron heridos o mutilados recuperan lo perdido y son fuertes nuevamente, tal como los recordamos en nuestros sueños de días y tiempos pasados. Los animales están felices y contentos, excepto por una pequeña cosa: cada uno de ellos extraña a alguien muy especial, alguien a quien tuvo que dejar atrás. Todos corren y juegan juntos, pero llega un día en que uno de ellos se detiene de repente y mira a la lejanía. Sus brillantes ojos se ponen atentos; su impaciente cuerpo se estremece y vibra. De repente se aleja corriendo del grupo, volando sobre la verde hierba, moviendo sus patas cada vez más y más rápido. Tú has sido avistado, y cuando tú y tu amigo especial finalmente se encuentran, los dos se abrazan en un maravilloso reencuentro, para nunca separarse de nuevo. Una lluvia de besos cae sobre tu rostro; tus manos acarician nuevamente la cabeza amada, y puedes mirar nuevamente a los confiados ojos de tu mascota, tanto tiempo apartada de tu vida, pero nunca ausente de tu corazón. Entonces los dos cruzan el Puente del Arco Iris juntos...