El choque de un helicóptero español en Afganistán el pasado mes de agosto, que provocó la muerte de 17 militares de nuestro país, pudo ser probablemente un error humano motivo por una maniobra agresiva del piloto, las adversas condiciones meteorológicas y la poca altura del vuelo.
Aunque pudo haber más causas, el informe sí descarta de forma categórica que el accidente se produjera a consecuencia de un ataque exterior o por un fallo técnico del Cougar siniestrado.
Cinco meses y medio después de que se produjera el trágico suceso, el ministro de Defensa, José Bono, presentó las conclusiones del tercer y definitivo informe que ha elaborado la Comisión de Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (CITAAM). El ministro ha pedido ya la comparecencia urgente en el Congreso de los Diputados para dar cuenta a la Cámara del contenido del informe.
El documento apunta tres factores como los más relevantes en este accidente: el perfil de vuelo de riesgo con maniobras de adaptación al terreno, las condiciones meteorológicas («vientos fuertes y racheados» e «iluminación solar muy intensa», según cita el informe) y orográficas adversas y la ejecución de «una posible maniobra agresiva a muy poca altura del suelo». La luz, junto con los tonos blancos de la orografía pudieron provocar, según las conclusiones, el efecto de difuminar los relieves del terreno.Bono explicó que, según el informe, el piloto del helicóptero español no llevaba conectado en el momento del siniestro el radar altímetro, con lo que no podía determinar con precisión la altura a la que volaba.
El ministro, en todo caso, aseguró que no fue éste un factor determinante del accidente, puesto que los investigadores que elaboraron el informe no lo incluyeron entre las causas probables del siniestro.
Entre las cuestiones que pudieron contribuir a que se produjera el accidente, el informe habla de el estrés producido por un vuelo «en un ambiente de amenaza» o que el piloto se concentrara por un momento en algún factor externo.