Una agria pelea entre las diputadas de Vox Manuela Cañadas e Idoia Ribas ha estado a punto de hacer que se suspendiera el pleno del Parlament mientras se debatía el proyecto de Presupuestos. El presidente, Gabriel Le Senne, ha hecho un amago de parar la sesión ante la evidente tensíón entre las dos compañeras de partido.
Los diputados presentes aseguran que ha habido insultos por parte de Ribas y también se ha escuchado una amenaza de querella. El resto de diputados ha asistido atónito a una intensa bronca pública en sus escaños, que había comenzado por la mañana, pero que se ha recrudecido esta tarde cuando el diputado de Més per Menorca Josep Castells ha reprochado a Vox que votara a favor de que los consellers cobraran dietas, algo que anteriormente había frenado Idoia Ribas en otros presupuestos.
A partir de ese momento, ha estallada una trifulca monumental en la que los diputados que asistían al pleno incluso han escuchado insultos como "gilipollas" y "sinvergüenza" que aseguran ha proferido Ribas. Respondía a Cañadas, que previamente había afirmado que su compañera decía "gilipolleces". Cañadas ha reprochado a su compañera que siga sentada en el pleno del Parlament como diputada cuando ya no trabaja para Vox y le ha pedido que deje el grupo parlamentario acusándole de no tener principios.
Ribas ha contestado que, si quería echarla del pleno, llamara a los ujieres, según señalan fuentes de uno y otro lado, además de diputados que han asistido a la pelea. Ribas ha añadido que Cañadas era una "impresentable" por haberle acusado de una denuncia falsa y ha añadido que "tal vez" se tendría que poner una querella.
En ese momento Cañadas ha mandado con un gesto que se callara y Ribas le ha contestado que era ella quien se tenía que ir al PSOE, que es de donde venía. La intensidad de la pelea ha ido en aumento hasta el punto de que el president del Parlament, Gabriel Le Senne, ha hecho un amago de suspender el pleno para rebajar los ánimos.
La tensión había comenzado por la mañana, después de que la oposición pidiera que no se votara la ley que permite construir en rústico por defectos en la tramitación, con la aparición de artículos que no se habían votado en ponencia y comisión. Ribas criticó a sus compañeros de Vox por esta "chapuza" y les acusó de que hacían las cosas mal porque no tenían «ni puta idea».
Las relaciones entre las dos diputados de Vox han ido de mal en peor desde que Cañadas sustituyó a Ribas como portavoz tras el abortado intento de echar a Le Senne como president del Parlament, una operación en la que participaron ambas, además de Sergio Rodríguez y María José Verdú. Ribas ha mantenido desde entonces una actitud critica con sus compañeros, que la han excluido de las comisiones de relevancia porque no se fían de ella.
DOS,O MÁS "GALLAS",,,,, EN UN GALINERO,HA DE ACABAR ASÍ,Ó PEÓR.