Más de 300 personas han respondido a la llamada urgente lanzada la semana pasada por decenas de entidades ciudadanas para protestar este lunes ante el Parlament, donde PP y Vox prevén aprobar una modificación normativa que permitirá construir en rústico sin haber agotado antes el suelo urbano o urbanizable disponible en Palma y los municipios con más de 20.000 habitantes, como Calvià, Llucmajor o Marratxí.
«No es un Govern, es una promotora», coreaban los manifestantes, que han abucheado a diversos miembros del gobierno y sus socios, como el vicepresidente Antoni Costa. La diputada de Vox Manuela Cañadas ha lanzado besos hacia los asistentes de forma provocadora, por lo que ha sido repudiada con estridentes toques de silbato y fuertes gritos.
«Estamos contentos por la respuesta que está habiendo contra la aprobación del mayor destrozo de la historia, que de forma perversa instrumentaliza la emergencia habitacional», ha dicho la portavoz de GOB, Margalida Ramis. «Decenas de colectivos estamos haciendo un llamamiento común contra esta barbaridad que carece de control ambiental y que hipoteca el futuro de Palma y el resto de municipios en unas islas ya saturadas», ha insistido, calificando las medidas impulsadas por el Govern de «bombas urbanísticas»
«Será un desastre para barrios de Palma como Son Rapinya o Son Roca, donde se doblaría la población sin proyectar equipamientos públicos o zonas verdes. Solo buscan especular», ha advertido el vicepresidente de la Federació d’Associacios de Veïns de Palma, Biel González. «No serán pisos para gente trabajadora, costarán más de 400.000 euros y crearán barrios dormitorio», ha señalado.
MargarethaMargeretha, enderezate que estás un poco pallá, no sea cosa que te quedes sin vivienda.