El Parlament balear –con los votos del PP y de Vox– ha dado este lunes vía libre a una ley que el Govern presenta como solución a la emergencia habitacional por la falta de viviendas a precio asequible y que, en líneas generales, liberaliza suelo para construir; en algunos casos –y en determinadas condiciones donde los ayuntamientos tendrán la última palabra– también en rústico. La norma también prevé legalizar obras, cuya infracción ya haya prescrito por el paso del tiempo, en la Serra de Tramuntana.
Lo que para el Govern –y así lo ha expuesto el conseller d’Habitage, José Luis Mateo– es una norma que facilitará suelo y vivienda, y que eliminará trabas, para la izquierda es una cesión, no sólo ante Vox, sino ante los promotores urbanísticos y fondos buitre.
La ley, que partió de un decreto que, en principio, sólo liberalizaba suelo en Palma, es ahora una norma que se extiende a todas y que ha vivido una tramitación parlamentaria envuelta en polémicas. Este asunto, el de la tramitación, ha centrado el pleno y, antes de empezar, ha llevado a todos los grupos de izquierda, a presentar un escrito en la Mesa posponiendo la votación. No se ha aceptado pero esa ley nace con un aviso de todos los grupos de izquierda: se presentará un recurso de amparo al Tribunal Constitucional.
Revisión jurídica
Aunque todas las leyes que aprueba el Parlament incluyen una apostilla indicando que los servicios jurídicos revisaran el texto para que sea congruente, en la que se ha aprobado este lunes hay varios artículos que se citan como ‘X’(sin un número de orden concreto) y hasta un artículo que fue suprimido en el debate de la ponencia y que, sin embargo, aparece en el texto.
Eso ha llevado al portavoz de Més per Menorca, Josep Castells, a reclamar una lectura en voz alta de algo que se iba a aprobar. Y que es lo siguiente: «En suelo rústico con la categoría de área de transición, los proyectos residenciales estratégicos se pueden presentar en el plazo establecido al artículo X». «Que se sepa lo que vamos a votar, que la gente sepa lo que se vota en el Parlament», ha dicho el diputado para indicar que había cinco artículos identificados como esa letra.
El PP, y también el conseller Mateo, ha pasado por encima de esta polémica que los portavoces de la izquierdas han empleado de manera abundante además de incidir en que era una ley al servicio de los promotores y una llamada a la especulación. Todos, además, han empleado el término «chantaje», para referirse a las cesiones a Vox para llegar a este lunes –en que se cumplen dos años de la investidura de Marga Prohens como presidenta– con los Presupuestos aprobados.
Para el socialista Iago Negueruela «el esperpento del pleno de hoy no es más que la prueba de la tramitación de esta ley» y ha afirmado que hasta el título de la norma es mentira.«Estamos escenificando un chantaje. Esta no es ni siquiera la ley del Govern, es la ley de Vox, no tendría que haberla presentado usted», ha indicado el diputado Castells al conseller Mateo. Además, ha preguntado si esa ley se aprobaba este lunes era a cambio del voto de Vox a los Presupuestos, algo que el portavoz de este partido, Sergio Rodríguez, ha negado en su intervención. El diputado ultra también ha aprovechado para desmerecer a quienes se estaban manifestando fuera. «Son los mismos de siempre». «Lo van a destruir todo, no quedará nada», es lo que Cristina Gómez (de Unidas Podemos, también el grupo Mixto como el diputado menorquín ) ha afirmado cuando le ha tocado el turno.
Para Ferran Rosa (Més per Mallorca), «esta ley no va de conseguir suelo para vivienda, sólo va de construir y de que se forren quienes se han estado forrando hasta ahora: los promotores». Para la diputada del PP Margalida Pocoví, esta ley y otras medidas del Govern son «de sentido común» y son la solución a las política «erráticas del Govern de Armengol».
El conseller Mateo también ha abundado en este punto y ha afirmado que La ley de la izquierda en 2008 permitía construir en áreas de transición en todos los municipios de las islas. y que ahora esa posibilidad se limita a 13 municipios. Uno de los ex diputados de Vox, Agustí Buades, ha optado por la abstención.
I després els "terr@rist@s" són els d'arran.