Ana Rosa Abejón es intérprete de lengua de signos en el Consell de Mallorca. Hoy, en el Día Nacional de las Lenguas de Signos Españolas, explica cómo es la realidad de la Comunidad Sorda.
¿Por qué es importante este día?
Porque es la lengua propia de las personas sordas. En España hay dos: la lengua de signos española (LSE) y la lengua de signos catalana (LSC), reconocidas por la Ley 27/2007. Que estén reconocidas implica que las comunidades que las utilizan tienen derechos lingüísticos, en este caso las personas sordas. La reivindicación histórica de los sordos es su lengua, es una cuestión completamente cultural. Lo que hoy se celebra es la riqueza, el valor y la cultura que encaran las lenguas de signos españolas; que son minoritarias, porque tiene pocos hablantes; y minorizadas, porque van unidas a una discapacidad.
¿Por qué es peyorativo usar el sustantivo sordomudo?
Las personas sordas no han oído hablar nunca, hablan sin escuchar los fomenas. Por eso no hablan, no porque no puedan. Si un oyente se quedara sordo en diez años hablaría muy distinto. Los sordos hablan de memoria, según las directrices que les da un logopeda, normalmente. Llamar a un sordo, mudo, es como llamar a alguien con discapacidad intelectual subnormal.
¿La lengua de signos es universal?
No, hay una por país e incluso en el mismo existen varias, como es nuestro caso. Luego, en cada zona hay dialectos distintos. En Balears hay tres: el mallorquín, el menorquín y el ibicenco. A nivel mundial hay más de 300 lenguas de signos reconocidas.
¿No hay lengua de signos vasca y gallega?
Hay variantes vasca y gallega, pero no están consideradas como dialectos y no como lenguas.
¿Alguna curiosidad del dialecto mallorquín?
Por ejemplo, el signo de tomate es distinto porque aquí el tomate se restriega en el pan. Entonces, el signo de tomate es el movimiento que se hace al restregarlo en el pan.
¿Cuántos hablantes hay en España?
Se estima que unas 400.000 personas son usuarias de las lenguas de signos españolas.
¿Qué es lo primero que se aprende a signar?
Lo más habitual es aprender a presentarse, decir el nombre y saludar. El deletreo se utiliza sólo para los nombres propios y los neologismos que aún no tienen un signo creado. El alfabeto de los signos se llama abecedario dactilológico.
¿Cuál es el signo que más gente conoce?
Yo creo que el de dar las gracias. Se coloca la mano en la barbilla con el pulgar hacia afuera se mueve la mano hacia adelante en dirección a la persona a la que se agradece.
¿Hay muchas personas intérpretes?
Hacen falta más profesionales, somos pocos, en todas las Islas seremos diez. Cuatro están en el IMAS, yo estoy en el Consell y la Federación de Personas Sordas de Balears hay otros cinco. La vida de un interprete es estar a las 9h en un notario, a las 10h ir a hacer un DNI, acompañamos a las tutorías escolares de los que tienen hijos y nos echamos a suerte quién va a las reuniones de comunidad de vecinos, porque claro, las personas sordas también tienen pisos.
¿Cada vez está más en desuso la lengua de signos por el auge de los implantes cocleares?
Al contrario, la lengua de signos es una gran ventaja para los implantes. Aunque tengas uno sigues siendo una persona sorda. Cuando te lo quitas, para ducharte o hacer deporte no oyes. La lengua de signos es algo que suma. Se cree que el implante sustituye a la lengua, pero no es así. No hay ningún profesional que no recomiende la lengua de signos.
¿Deberíamos aprenderla todos?
Sería interesante, porque es parte del patrimonio de todos, sobre todo para los niños. Cada vez hay más experiencias de niños oyentes que aprenden lengua de signos porque favorece el fomento de valores como la empatía, el respeto, la inclusión. También tiene beneficios para el aprendizaje, la atención, etc.
¿Es cierto que pueden leer los labios?
Hay muchos mitos sobre la lectura de labios, de que pueden seguir perfectamente un debate leyendo los labios. Una persona sorda siempre va a preferir la lengua de signos.
Tendria que ser una lengua obligatoria en los colegios