«Me han quedado unos 1.250 euros de jubilación tras llevar toda la vida trabajando. Y así como están las cosas en Mallorca, con los precios de los alquileres por las nubes y la cesta de la compra imposible, no me queda otra que irme a vivir a Tailandia. Nos echan de la Isla». Rafa Ruiz es un conocido socorrista del IME (Institut Municipal d'Esports) que se acaba de jubilar y ha decidido dejar Palma en busca de una nueva vida.
«Nunca me habría ido de 'sa Roqueta', porque es mi casa y la adoro, pero después de 40 años trabajando sin descanso no es normal que nos queden estas jubilaciones tan bajas, porque con lo que me pagan se puede pagar un piso de alquiler y poco más», se lamenta el profesional, que se fijó en el Sudeste asiático para su nueva andadura.
«En Tailandia tengo familia y allí, sobre todo en las zonas que todavía no son turísticas, los precios son bajísimos. Por 50 euros al mes tienes una buena casa frente al mar, con varias habitaciones, y puedes comer por 1 euro. Allí, con mi pensión podré vivir sin las dificultades de Mallorca», explica a Ultima Hora.
«La verdad es que me voy de Mallorca con un poco de tristeza por lo que está pasando con la masificación y los precios. No es la Mallorca qué yo conocí de niño. Los políticos no han sabido dar soluciones y ahora nos encontramos con que un piso normalito vale 1.500 euros y una habitación, 800. ¿Cómo se puede vivir así, si tienes un sueldo o pensión baja?», se pregunta.
Pero el socorrista, ante todo, es una persona optimista, así que cree que la vida, a estas alturas, le ha dado una segunda oportunidad: «He pasado de vivir agobiado por llegar a final de mes a tener una vida tranquila y placentera en un lugar precioso. Tampoco me puedo quejar. La pena es que quiero mucho a Mallorca, pero ya volveré alguna vez».
La llegada al país asiático del palmesano le ha dejado fascinado: «Llevo pocos días aquí, pero me parece un país increíble. La gente es súper amable y respetuosa. Donde yo estoy no hay turismo de masas, lo que viniendo de Mallorca se agradece», bromea.
«La comida y la vivienda son baratísimos. Hay seguridad y las puestas de sol, frente al mar, son preciosas. Animo a todo el que tenga dudas a lanzarse a esta aventura. Yo también tenía miedo al principio y no puedo estar más contento ahora», apunta.
Por último, Rafa Ruiz tiene un recuerdo emocionado para sus compañeros de la piscina municipal de Son Roca: «Han sido unos amigos increíbles. Serán siempre mis hermanos del alma. Y también muchos usuarios de la piscina, con los que he hecho una gran amistad. Los voy a añorar mucho, pero afortunadamente para eso están ahora las videoconferencias», bromea.
xxxMe parece que usted desconoce cómo funciona el tema de las pensiones...