Un nuevo método entre los restauradores que no cuentan con licencia de terraza en sus comercios está de moda en el barrio de Santa Catalina de Palma. La solución que han encontrado para no renunciar a los espacios exteriores pasa por sacar cajas de cerveza a la calle, taburetes y mesas improvisadas, ocupando de forma informal la vía pública.
Esta práctica ha levantado una oleada de críticas por parte de vecinos del barrio, que denuncian una ocupación indebida del espacio urbano. A través de redes sociales, algunos residentes muestran su indignación ante lo que consideran una «burla a las normativas» mientras otros ironizan sobre el «ingenio» de ciertos locales para sortear las restricciones municipales.
Desde hace años, Santa Catalina se ha convertido en uno de los epicentros de la vida nocturna y gastronómica de Palma. Sin embargo, la presión turística y la proliferación de bares y restaurantes ha generado tensiones constantes entre los negocios y los vecinos. Esta última tendencia, según denuncian los residentes, solo agrava una situación ya de por sí conflictiva en cuanto al ruido y el uso del espacio público.
Las autoridades municipales, por el momento, no se han pronunciado sobre este fenómeno, aunque se espera que en los próximos días se aborde el asunto dentro de las comisiones de urbanismo y convivencia ciudadana del Ajuntament de Palma, ahora que empieza a arrancar la temporada alta en la isla.
Por su parte, Restauración Mallorca CAEB ha expresado su preocupación ante la proliferación de terrazas no autorizadas, una práctica que, según la patronal, «perjudica seriamente la imagen del sector y deteriora la convivencia con los vecinos».
CarlosTambién. Todos los negocios ponen algo. La cafetería de arriba del de los rollitos de canela pone mesas, taburetes, cossiols, pizarra...Según la poli está advertido. Pero lo sigue haciendo.