Blanca y pequeña, con un tono grisáceo en el borde de sus alas superiores, especialmente redondeadas. Su cuerpo es esbelto y tiene un vuelo muy particular, «ligero y tranquilo» que la diferencia de otras especies de mariposas. Se la conoce popularmente como angelet comú o mariposa blanca esbelta. Su nombre científico es Leptidea sinapis. Es muy frecuente verla en la Península pero es rarísimo observarla en Baleares. Los investigadores tratan ahora de averiguar el porqué.
Los científicos y voluntarios del programa de ciencia ciudadana Catalan Butterflñy Monitoring Scheme (CBMS), realizarán este año prospecciones en busca de esa especie ‘rara’ con el objetivo de conocer su distribución en las Islas. Solo a partir de un recuento científico de datos podremos saber con certeza si la especie está en riesgo de desaparecer y por qué.
La bióloga ambiental Irene Abad se acaba de incorporar al equipo de CBMS en Baleares para captar nuevos contadores de mariposas y a la vez estudiar, mediante prospecciones, lo que ocurre con especies raras como el angelet comú.
Los investigadores llevan tiempo advirtiendo del retroceso que experimentan las mariposas en las Islas. Su población disminuye año tras año por el aumento de las temperaturas, el descenso de la pluviometría y la pérdida de hábitats naturales. Estos lepidópteros reciben especial atención por parte de los científicos porque son lo que se conoce como organismos ectotermos, cuya temperatura temporal depende del medio externo. Su ciclo biológico está estrechamente ligado al clima, de modo que son un claro indicador del calentamiento global.
Desde el año 2001 Baleares participa del programa de monitoreo CBMS que mide los impactos del cambio climático dentro de una red de seguimiento de mariposas. «Este año iniciamos un nuevo programa para aumentar la red de seguimiento en Baleares y hacer prospecciones de las especies raras que habitualmente no salen en los itinerarios de nuestros voluntarios», explica Irene Abad.
En este momento hay 19 itinerarios en las Islas que los colaboradores recorren semanalmente realizando un recuento de ejemplares y especies. ¿Por qué el angelet comú no aparece en sus listados? «Es una especie muy abundante en Cataluña, donde es fácil de encontrar, y aquí en cambio es rarísimo verla. No se sabe bien cuál es el motivo, posiblemente tenga algo que ver con el ‘efecto isla’ y con la distribución de las plantas de las que se alimenta. Ahora haremos un mapa con lugares potenciales donde la buscaremos haciendo prospecciones», detalla la bióloga.
CBMS sigue buscando voluntarios dispuestos a adherirse al proyecto de conteo. «Hacemos el seguimiento de las poblaciones y gracias a los datos de voluntarios sabemos las tendencias que se dan en cada especie. Podemos ver si entra alguna en peligro de extinción o si disminuye su población y hacer una gestión de hábitats que favorezca su recuperación. Sabemos que el retroceso de las especies está relacionado con el cambio climático, pero también con la pérdida de espacios abiertos, principalmente las praderas. Si hubiera más hábitats, probablemente aumentarían», dice Abad.
¿Qué podemos hacer si tenemos un jardín, un balcón o terraza para contribuir a recuperar las mariposas? CBMS ha iniciado en Cataluña un programa de jardines de mariposas. Explica a los ciudadanos cómo hacerlos y cómo realizar un recuento de individuos de mariposas de jardín.
Aunque aún no hay un proyecto similar en las Islas, plantar especies ‘nutricias’ de las que se alimentan sus orugas, y plantas con néctar que les sirvan de alimento en la edad adulta, es una gran contribución. «La mariposa reina, por ejemplo se alimenta del hinojo y de la ruda. A las mariposas también les suele gustar el romero o la lavanda, que se utilizan mucho en jardinería. Hace unos días en Formentera las lavandas del parque natural estaban llenas de la mariposa migradora dels cards», relata la experta.
Igual que ocurre con las aves migratorias, algunas especies de lepidópteros realizan migraciones desde África hasta el norte de Europa para pasar el verano. La migradora dels cards está de paso estos días en las Islas, de ahí que sea fácil observarla en gran cantidad. «Ahora llegan a Baleares y van hacia el norte. Estas semanas ha habido un boom poblacional y hay muchísimas. Son naranjas con una cenefa en negro y con muchos detalles, sobre todo por fuera. Son muy bonitas», describe Abad.
La temporada de mariposas va de marzo a septiembre aunque en los últimos años los investigadores observan que el insecto adelanta su ciclo de vida por las altas temperaturas. «Sabemos que no solo están en regresión sino que su ciclo de vida se está adelantando. Ahora empezamos a ver algunos individuos antes de esa fecha», añade.
Hay especies que crían en Baleares, otras están de paso. Incluso algunas son capaces de cruzar el Atlántico, como la mariposa monarca. La bióloga recuerda cómo «los primeros avistamientos de esta especie se observaron en 2008 en Mallorca y Menorca y a partir de ahí siguió habiendo avistamientos espontáneos hasta que en 2022 hubo un boom de individuos en todas las Islas y ya hay una población reproductora estable».
La investigadora explica que «la monarca no compite con otras especies, porque cada una tiene sus plantas». «No tenemos ninguna especie que se considere en peligro de extinción pero sí que los datos de seguimiento muestran que una parte importante de las especies que tenemos están en regresión y que de algunas especies hay pocos datos sobre su estado de conservación en las Islas como la lepridea sinapis, muy frecuente en la Península, por eso hemos puesto en marcha el nuevo proyecto de prospección», añade.
Aquellos que estén interesados en convertirse en contadores de mariposas pueden inscribirse en alguna de las jornadas divulgativas que realiza Abad. Incluyen una parte teórica y una práctica. Pueden contactar a través del correo electrónico iabad@imedea.uib-cesic.es