Se llamaba Otto Skorzeny, aunque le conocían como Caracortada, por la gran cicatriz que cruzaba su rostro. El soldado favorito de Hitler, salvador de Mussolini, protegido de Franco, y custodio de Eva Perón, considerado durante años el hombre más peligroso de Europa, vivió en un chalet en la playa de Es Clot de Alcúdia.
Decir que se ocultaba en la Isla sería faltar a la verdad y es que con un imponente físico de 1,93 metros de altura y más de cien kilos de peso no pasaba desapercibido para nadie. Corrían los años sesenta cuando el cierre para el baño privado de las aguas de Es Clot causó un gran revuelo entre los vecinos de Alcúdia.
En poco tiempo todos señalaron como culpable a una princesa rumana que se había construido una casa en la zona, pero lo cierto es que junto a esa casa, en su propia vivienda, disfrutaba de las aguas privilegiadas de la bahía de Pollença el nazi Otto Skorzeny.
El nazi huyó de los juicios de Nurenberg y encontró en Franco un aliado para su refugio. Aunque se instaló en Madrid, su relación con otros alemanes influyentes le llevó a construirse también una casa en Alcúdia. Cuentan los mayores del pueblo que era habitual encontrarle tomando cervezas en la zona. En el embarcadero de Es Clot, situado junto a su casa, aún hay restos de la barandilla que utilizaba para alcanzar el agua cuando, ya a una edad avanzaba, arrastraba problemas de movilidad.
No era el único nazi en la Isla. En su tesis La imagen de Mallorca en la novela del exilio alemán, la filóloga Francisca Roca explica cómo los los alemanes colaboraron estrechamente con los falangistas en Baleares. También estudió el fenómeno el historiador Josep Massot y Muntaner que documentó la presencia de agentes nazis desde 1934 en Mallorca.
Otto Skorzeny nunca escondió su condición de nazi. Escribió dos libros que cuentan sus 'hazañas' en la Guerra, entre ellos Luchamos y perdimos que regaló a algunos de sus conocidos alcudiencs. Caracortada murió en el año 1975 de un cáncer de pulmón. Le sobrevivió su esposa Else Skorzeny que acabó vendiendo la casa de Es Clot a un matrimonio de origen catalán.
José miguelCon tu trabajo de inmobiliaria ayudaste a esconderse a este monstruo y su señora y quizás a más. Que vergüenza de anécdota tienes para contar.