Cuenta con alrededor de 220.000 seguidores en sus cuentas de Instagran. Youtube y TikTok. El agente inmobiliario Marcel Remus publicita en sus redes villas del lujo en Son Vida y en la Serra, además de una intensa vida social. Los nubarrones asoman en la economía alemana, que ya anuncian miles de despidos en sectores tan robustos antaño como la industria. ¿La crisis alemana repercutirá en las compra de viviendas de lujo en la Isla? «Mallorca siempre funciona. Atrae a los más ricos de toda Europa, ahora también a los de Estados Unidos. Es el mejor sitio para vivir en todo el continente y la verdad, un cliente que tiene una media de ocho millones de euros para invertir en una casa de vacaciones, no tiene problemas económicos», afirma con rotundidad Marcel Remus.
El agente inmobiliario, que cuenta con un programa propio sobre viviendas de lujo en el canal alemán RTL, lleva casi veinte años viviendo en la Isla. El clima, la ubicación, las infraestructuras, las numerosas conexiones aéreas con Europa, «el ambiente internacional y, sobre todo, la seguridad», son, en palabras de Remus, los secretos del buen estado de salud de las venta inmobiliarias de lujo.
Alguna de las villas que comercializa puede superar los 40 millones de euros. «Y siguen subiendo los precios», afirma Remus, que insiste en que uno de los mayores atractivos de la Isla «es la seguridad. Alemanes, suizos y austriacos están siempre buscando y aunque les gusta el sur de Francia lo consideran muy peligroso por los robos. Por eso quieren venir a vivir a Mallorca y matriculan a sus hijos en colegios de aquí».
Eso sí, prevé un descenso de precios en las ventas a extranjeros de viviendas de gama media. «Aquellas viviendas que oscilan entre los 300.000 euros y el millón. Las oferta de clase media sí que va a bajar porque no se pueden permitir una hipoteca para una residencia de vacaciones», afirma. Su previsión es que haya una bajada de precios para volver a niveles de 2019».
Ha seguido con preocupación las protestas de este verano por el incremento del precio de la vivienda, que ha dejado fuera del mercado a buena parte de la población residente. «La solución está en hacer más vivienda social. Hay espacio pero la burocracia es complicada, tardan más de un año en dar una licencia. Deberían ser express para viviendas asequibles», advierte.
Asegura que se ha topado con trabas para sacar adelante una promoción de vivienda para personas necesitadas en s’Aranjassa: «Tengo una parcela de 7.500 metros cuadrados y queríamos hacer una promoción de veinte viviendas de madera para sin techo. Pero no nos dan licencia», se lamenta, mientras pide un equilibrio. «Tiene que haber oferta para que la clase trabajadora pueda comprarse un piso pero también para el que pueda pagar una casa de veinte millones».
Carles BronsonMe recuerda a Brasil.