La Delegación de Gobierno en Baleares ha organizado este jueves en la Tesorería General de la Seguridad Social su acto de reconocimientos Meninas 2024, cuyas distinciones han recaído en los dos colectivos Pelvis y Dones en Dansa por sus respectivas aportaciones al movimiento feminista y su trabajo en la eliminación de la violencia contra la mujer. El acto ha contado con una amplia representación política entre ellos la del delgado del gobierno, Alfonso Rodríguez, encargado de entregar los galardones; la consellera de Famílias i Afers Socials, Catalina Cirer; el presidente del Consell de Mallorca; Llorenç Galmés; y la vicepresidenta del Parlament, Mercedes Garrido.
El grupo feminista Las Pelvis nació en los 70, en los albores de la Transición, con la organización de encuentros clandestinos para enseñar a otras mujeres a reconocer sus propios órganos genitales, trabajar su sexualidad y a autoexplorarse. Su trabajo se fue adaptando a los tiempos, llegando a promover la creación del primer centro de planificación familiar en las Islas y fundando el espacio Dona Sana. Cincuenta años después de su nacimiento, el colectivo sigue activo, enfocándose en las mujeres mayores, ayudándolas a tener una vejez digna y activa. «Fuimos un grupo feminista pionero. Abrimos el primer centro de planificación municipal. Fueron cuatro años intensos hasta que nos cerraron el centro. A día de hoy seguimos pensando que estos centros son necesarios porque las enfermedades de transmisión sexual han crecido un 140% desde 2016», ha explicado una de sus fundadoras, Jimena Jiménez.
Dones en Dansa, una asociación feminista de Alaró con diez años de trayectoria, se dedica principalmente a la luchar contra la violencia machista, creando espacios de empoderamiento, colaborando en actos contra la violencia machista y promoviendo la igualdad. Al ser una organización en una zona rural, practican un feminismo «de pueblo». Actualmente, están centradas en el proyecto comunitario 'Alaró territori lila' cuyo objetivo es combatir todas las formas de violencia de género, formando a la población acerca de cómo actuar ante agresiones sexuales, dando a conocer los servicios de atención existentes y brindando acompañamiento. «Tenemos muy claro que el feminismo es la clave para cambiar las cosas, pero también que comienza desde abajo, desde lo local», ha dicho una de sus integrantes, María José Busquets.
Por su parte, Rodríguez ha alabado «la lucha y convencimiento» de ambas entidades: «Debemos aprender de ellas», porque «gracias al compromiso de muchas personas somos capaces de avanzar como sociedad para conseguir derechos que no deberían haberse puesto en cuestión jamás, y que siguen en cuestión». En este sentido, ha apuntado a «preservar lo conseguido», ya que «cuando se vuelve la mirada a la educación y los programas afectivo sexuales, hay quien los tacha de adoctrinamiento». «Hay que conseguir que nuestras niñas no vean como algo normal la hipersexualización y cosificación de su cuerpo», así como « el consumo excesivo de una pornografía que banaliza las relaciones». Por tanto, «hay mucho por lo que trabajar aún» pero «hay esperanza, con los profesores que educan y las entidades que trabajan codo a codo en las mujeres», ha resaltado.