En 2024, se estima que se diagnosticarán más de 36.000 casos de cáncer de mama en la población española, según el informe anual de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). En este 19 de octubre, Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, figuras como la de Marga Garrido y Rosa Martín son un rayo de luz en el camino. Marga lleva 35 años dedicándose a asesorar a pacientes oncológicas que sufren la pérdida de cabello. La encargada de la tienda Monna Lisa acompaña en los días más duros del tratamientos a las mujeres que acuden a su centro en busca de una peluca oncológica.
«Asesoramos a personas de todas las edades», asegura. El proceso es sencillo, realizan una entrevista, explican las diversas opciones que la paciente puede elegir y tratan de comprender cuáles son sus necesidades. «Cada caso es único», añade. Por eso mismo, la experta explica que un asesoramiento personalizado ayuda a las mujeres en el proceso de elección. Además, en Monna Lisa son fabricantes del producto final, por lo que el servicio es inmediato. En la misma tienda, el cliente es testigo del proceso y aprende sobre el cuidado del cabello.
«Nuestro trabajo consiste en ayudar a las personas y lo más importante es facilitarles la vida», explica Marga. «Todo el mundo que viene a una consulta tiene un problema, nuestro objetivo es solucionarlo, no complicarle más la vida», reitera. Además de pelucas, ofrecen servicios de micropigmentación oncológica para cejas, maquillaje específico y pañuelos. «Lo que más nos dicen es que regalamos felicidad», explica con emoción. «Les ayudamos a recuperar la imagen que tenían de ellas mismas», señala Marga Garrido. Asimismo, en su centro aceptan donaciones de pelo que se utilizan para crear pelucas naturales.
Rosa Martín ofrece un servicio similar a pacientes oncológicas en su centro capilar, Pelosystem. Se trata de un negocio familiar establecido en 1979 y a cargo de las hermanas Martín. En la clínica se dedican a proponer soluciones a los problemas por la caída del cabello por tratamientos de oncología. Entre las alternativas, cuentan con gorros y pañuelos, pelucas y prótesis capilares. En concreto, las pelucas están confeccionadas a máquina y terminadas a mano tanto las de fibra artificial como las de pelo natural.
La especialista explica que acompañan a la paciente en todo momento. Además, trabajan en salas individuales asegurando intimidad. «Nuestra labor es de asesoramiento y acompañamiento», asegura Martín. El centro capilar cuenta con un protocolo en el que se consideran las necesidades de cada paciente y les ayudan a encontrar lo que están buscando. «Hacemos todo el proceso de colocar, adaptar el cabello y dar las pautas de cuidados», profundiza. Sobre la primera reacción, la experta asegura que se trata de un día emocional.
«El cabello no es la enfermedad, es la parte visible de ella», explica. «Ayuda en un momento muy importante del tratamiento, mejora la manera en la que esa persona se ve y esto le motiva a seguir con su vida», añade. Otra parte muy importante de este proceso son las personas donantes de pelo. «Quien quiera ayudar, solo tienen que dejarse el pelo largo y venir a la clínica, realizamos el corte y nos encargamos de que se utilice en la Asociación Mechones Solidarios», cuenta Rosa Martín. Además, comparte su satisfacción tras la campaña de recogida de este mes.