«Somos más de 13 millones de mujeres en España y más de 1000 millones en el mundo las que estamos en la etapa de la perimenopausia o la menopausia. Aun así, hay mucha desinformación, sobre todo en cuanto a la principal causa de muerte en las mujeres, que es la enfermedad cardiovascular», expone Teresa Bonnin. Este viernes, 18 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Menopausia, por lo que considera fundamental aprovechar esta fecha para concienciar de su importancia.
La perimenopausia es el periodo durante el cuerpo produce la natural transición a la menopausia, que marca el final de los años reproductivos. Sobre ambos existe mucho desconocimiento, especialmente sobre el primero, fundamental para evitar el desarrollo de determinadas patologías, así como para que las afectadas puedan llevar mejor esta nueva etapa.
¿Cuándo comienzan los síntomas y cuáles son los más habituales?
Bonnin explica que «el período de transición menopáusica se asocia con una multitud de síntomas, que varían mucho entre las mujeres en cuanto a tipo, aparición y gravedad. Muchas féminas empiezan a experimentar la mayoría de ellos durante el período perimenopáusico y en el período menopáusico temprano». En este punto, aclara que «la sintomatología a desarrollar es mucha. Por ello, se habla de síndrome climatérico, que siempre va asociado a la falta de hormonas y al envejecimiento cronológico».
La citada especialista precisa que a corto plazo, los síntomas más habituales son el aumento de los sofocos, la elevación de la temperatura corporal, el enrojecimiento cutáneo, la dificultad para conciliar el sueño, la irritabilidad, los cambios de humor, los dolores osteo-musculares, etc. «Todo ello es conocido como síndrome climatérico y está presente en el 60-80 % de las mujeres».
A medio plazo se producen las alteraciones genitourinarias y cutáneas, principalmente asociadas al descenso de producción de colágeno. Mientras que a largo plazo aumenta el riesgo de padecer diferentes patologías, tales como osteoporosis, neoplasias, enfermedades cardiovasculares y síndrome metabólico. También se ha observado un aumento de la prevalencia de trastornos mentales, como depresión y ansiedad»
¿Qué medidas pueden tomarse para atenuarlos?
Afortunadamente, Bonnin destaca que todos estos síntomas se pueden aliviar siguiendo una serie de pautas. «Se han de hacer cambios en el estilo de vida, en el periodo climatérico, que yo considero la etapa olvidada, deberíamos adaptar nuestra alimentación y modificar el tipo de ejercicio; así como dejar de fumar y tener un sueño reparador». En este punto, expone que en un estudio realizado con 160.000 mujeres postmenopáusicas se observó que aquellas que seguían un patrón de dieta inflamatorio (rico en grasas saturadas, alimentos procesados, cereales refinados, azúcares y bajo en frutas y verduras) tenían una menor densidad mineral ósea que aquellas que seguía una dieta antiinflamatoria».
La experta resalta que «cada vez hay más evidencia de que la perimenopausia es un estado pro-inflamatorio que altera los diferentes sistemas regulados por los estrógenos y debido al hipoestrogenismo nos encontramos, incluso, que es el motivo por el que las mujeres son más propensas a tener enfermedades autoinmunes que los hombres». En relación a este asunto, advierte que «los cambios en el entorno hormonal, el envejecimiento cronológico, la disminución de la actividad física, junto con un patrón dietético occidentalizado y los episodios alimentarios emocionales recurrentes asociados con malestar psicológico, también contribuyen al aumento de la grasa corporal total y de la circunferencia de la cintura». Es muy importante tener en cuenta que «una circunferencia de cintura más alta es un factor de riesgo independiente de enfermedades cardiovasculares y metabólicas en mujeres menopáusica».
Bonnin expone que «para disminuir estos síntomas y mejorar la calidad de vida en estas etapas del ciclo femenino es importante llevar una alimentación equilibrada, variada, suficiente, inocua acorde a sus características y adaptarla a las necesidades individuales. Una buena nutrición y un estilo de vida activo, sin estrés y con sueño reparador siguen siendo la piedra angular de una menopausia saludable». La citada especialista concluye que «konenki en japonés es la palabra que define esta epata de la mujer y significa años de renovación y energía. De ahí, que se considere estos años como la adolescencia de la vejez. Por tanto, si se adoptan las medidas pertinentes, la menopausia puede ser una oportunidad».