Bettina Kadner, la primera piloto de aviación civil en España y Europa y que forzó a cambiar la legislación española en 1969, recibió ayer la Placa al Mérito Aeronáutico que entrega la Fundación Aeronáutica Mallorquina. Junto a la pionera, también recibieron el mismo galardón la Agencia Estatal de Seguridad Aérea y la región de Balears de Enaire.
La entrega de premios se llevó a cabo en la celebración de la III Nit de l’Aviació, que reunió a más de dos centenares de personas en el castillo de Bellver. Kadner recogió el premio de manos de José Antonio Santano, secretario de Estado de Transportes y presidente de Enaire. «Yo no he tenido problemas como piloto por ser mujer. Ese sería problema de otros», dijo. Recordó que justo se cumplían 55 años del día en el que voló por primera vez como copiloto. Fue en Palma, en la compañía Spantax. También contó que llegó a la aviación gracias a su madre: «Una mujer liberal, valiente», que tenía una empresa que pintaba señales en aeropuertos. «Yo vi aquellos aviones y le dije: quiero ser piloto. Me dijo que muy bien».
Además del premio a Kadner, la Fundación quiso centrar la gala en el «colectivo de trabajadores anónimos que son los grandes valedores del sector aeronáutico», en palabras del presidente de la organización, Miguel Buades. Así, las otras dos placas de honor fueron colectivas: para el personal de Baleares de Enaire y para la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. La directora del organismo, Monserrat Mestre, recibió el galardón de manos del general Jerónimo Domingo Barbero, responsable del Mando Aéreo General. Mestre destacó en esa línea el papel del equipo humano y, en especial la labor de la oficina de seguridad en vuelo de Palma.
Por su parte, Enrique Maurer, director general de Enaire, puso en valor las cifras de incremento de vuelos que se ha producido en todos los aeropuertos, de más de un ocho por ciento este año. «Más allá de 1,5 millones de vuelos, las cosas se están haciendo bien por el es esfuerzo de las personas de Enaire en Balears».
El secretario de Estado de Transportes también aludió a la complejidad que han supuesto este año para la gestión de los aeropuertos las situaciones de incremento del tráfico aéreo. Además de las placas de honor, la Fundación también entregó diez diplomas de honor a César Cánovas, Pep Sansó, Encarnación Carbó, Rosa María Rodríguez, Gerardo Morales-Hierro, Chema Álvarez, José Teno, el ayuntamiento de Los Alcázares, José Luis Ferragut y, de forma póstuma, a Dionisio Canomanuel.