El naufragio de la fusión entre Iberia y Air Europa ha suscitado lecturas positivas tanto por parte del Govern como de las organizaciones de consumidores, que veían en la operación una amenaza directa para la libre competencia. Justo la objeción que había esgrimido siempre la Comisión Europea frente a las propuestas que el holding empresarial IAG –al que pertenece Iberia– iba poniendo sobre la mesa.
La vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, precisó este viernes que, a juicio de los comisionados comunitarios, la compra de Air Europa habría desembocado en un aumento de los precios y en una disminución de la calidad de los servicios. En ese sentido, las condiciones propuestas por IAG –que llegó a renunciar al 52 % de las rutas operadas actualmente por Air Europa para obtener el beneplácito de la Comisión– eran a todas luces insuficientes.
«Air Europa está hoy en una mejor posición que en 2021, por lo que el desafío de identificar las correcciones era incluso mayor que en ese año», señaló Vestager para subrayar que «hemos comprobado detenidamente el impacto de la transacción». Las conclusiones habían sido siempre inapelables: «La fusión habría afectado negativamente» en las rutas domésticas y en las internacionales, tanto las de corta como las de larga distancia.
Una lectura compartida en cierta manera desde el Ejecutivo balear. El vicepresident y conseller d'Economia i Hisenda, Antoni Costa, señaló que se trataba de una «buena noticia» para los consumidores, ya que estos podrán seguir eligiendo entre las ofertas de las dos aerolíneas, lo que equivale a un beneficio para la libre competencia y para los propios usuarios.
Asimismo, expresó la «satisfacción» del Ejecutivo por el hecho de que no se comprometan puestos de trabajo ni la viabilidad de la aerolínea de Globalia, y expresó «respeto total y absoluto» frente a estas decisiones empresariales.
En similares términos a los del Govern se expresaron la Federación de Consumidores y Usuarios (CECU) y la Organización de Consumidores, que opinaron que la fusión «podría haber afectado a los consumidores». En ese sentido, consideraron que se corría el riesgo de que los pasajeros se encontraran con tarifas aéreas más elevadas y menos posibilidades de elección de rutas, además de una menor calidad de los servicios ofrecidos a nivel general. Ileana Izverniceanu, directora de Comunicación de la OCU, criticó «el abuso de posición de dominio» de los grandes grupos empresariales.
Por otro lado, Volotea y Avianca anunciaron este viernes que paralizaban su alianza para operar parte de los vuelos que debía liberar la compra de Air Europa. Esta joint venture entre ambas aerolíneas dependía de que IAG lograra materializar la operación.
El apunte
Juan José Hidalgo: «Es muy bueno para los españoles»
Juan José Hidalgo, presidente de Globalia (empresa matriz a la que pertenece Air Europa), señaló que «es muy bueno para los españoles», ya que las diferentes aerolíneas puedan operar en libre competencia «es lo más sano». Por otro lado, ha informado de que la aerolínea prevé devolver «en los próximos días» los 54 millones de euros restantes del crédito de 141 millones recibido de un ‘pool’ bancario con aval del Instituto de Crédito Oficial (ICO) como ayuda para superar la pandemia.