«En estos cincuenta años, la población de tiburones en la costa balear ha disminuido alrededor de un 97 o 98 por ciento». Con esta contundente frase define Agustí Torres, uno de los fundadores de la entidad conservacionista Shark Med, la situación de los tiburones en el Mediterráneo. Y es que, debido a las técnicas pesqueras como el arrastre y la intensiva sobrepesca a la que se le ha sometido a los escualos, es cada vez más complicado encontrar especímenes en las aguas baleares. Esta situación es especialmente cierta con el tiburón blanco, el cual la entidad no ha podido encontrar desde hace cuatro años para fines científicos. «Mucha gente se piensa que ni existen los tiburones en el Mediterráneo», lamenta.
Sin embargo, si hay una especie que conoce todo mallorquín y que de vez en cuando se deja ver en la costa no es otra que la tintorera, un pequeño escualo que, a diferencia de otros parientes como el tiburón marrajo o tiburón blanco, se conocen unos pocos datos más sobre su presencia en el Mediterráneo. Esta especie, a pesar de ser de las mas comunes en las costas baleares, son una de las que más sufren las consecuencias de la sobrepesca, incentivada por una parte por el miedo que le ha cogido el ser humano a este animal. «A día de hoy se pueden encontrar aletas de tintorera en el supermercado. No tendría que ser el caso al tratarse de una especie que está jugándose la supervivencia en nuestras aguas».
Sin embargo, según Torres, todavía quedan saber elementos tan importantes como las rutas de emigración que toman estos escualos en nuestras costas y un pilar crucial para su conservación: en qué zonas se reproducen las tintoreras. «Se trata de un punto clave para saber cómo protegerlas. Si sabemos donde se reproducen podremos proteger la zona durante su época de gestación. Pescar durante la reproducción puede conllevar en la pérdida de muchos especímenes». Afortunadamente, la tintorera se trata de un tiburón que puede dar a luz a muchas crías en un embarazo y ya se están comenzando a conocer algunas zonas de reproducción, pero en el caso de otros tiburones como el blanco cuya madurez sexual llega muy tarde, por ejemplo, es imprescindible que se reproduzcan con seguridad para asegurar la supervivencia de la especie.
Ante esta desoladora situación que ha descrito Torres, son necesarias de forma «urgente» la implementación y creación de estudios científicos y de conservación para mejorar la supervivencia de estos tiburones en el Mediterráneo. Un caso que, según Shark Med, todavía no se está llevando a cabo. «El año pasado, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza pasó de declarar la situación de la tintorera de ‘en peligro' a ‘en peligro crítico'. Sin embargo, parece que ni el Estado ni ninguna entidad oficial ha desarrollado todavía ningún plan para revertir la situación». De hecho, cabe recalcar que el Mediterráneo es la única zona en el mundo donde la tintorera ha llegado a este nivel de desaparición, puesto que en la mayoría de lugares del mundo donde habitan ni siquiera se encuentran en el estado «en peligro».
Esta situación tan precaria se debe, según Torres, por dos motivos principales: primero, porque se necesita un diálogo entre el sector pesquero y el conservacionista, el cual todavía no se ha dado, y por otro por la necesidad de un gran plan estatal que cubra toda la zona española del Mediterráneo, puesto que si se hiciera de forma local, las medidas de conservación y supervivencia sólo serían aplicables en el ámbito costero y marítimo balear, dejando sin proteger zonas calientes como la costa valenciana o catalana.
Sin embargo, afortunadamente, Torres ha apreciado que, poco a poco, algunas instituciones y grupos científicos se están dando cuenta de la importancia de estos tiburones en el medio marino del Mediterráneo. Así lo demostró hace poco un estudio reciente donde unos científicos franceses comenzaron a estudiar las tintoreras y su comportamiento en el Mediterráneo francés, siendo este un paso gigante para encontrar métodos para protegerlas mejor en aguas españolas. «Los tiburones toman un papel fundamental en el ecosistema. No solo controlan la sobrepoblación de ciertas especies, lo cual en algunos casos puede ser catastrófico, sino que también pueden prevenir epidemias en los peces devorando los especímenes enfermos, evitando así esparcir la enfermedad».