Después de la tormenta llega el momento de analizar las consecuencias, y lamentablemente las pérdidas. El Pla de Sant Jordi se ha levantado este miércoles, después de toda la madrugada lloviendo sobre mojado, preocupado por el estado de sus campos y las cosechas. La imagen de los terrenos totalmente anegados no presagia nada bueno. El secretario de la asociación de regantes, Xisco Serra, ha analizado a primera hora del día la situación y sostiene que «en diez minutos se ha perdido el trabajo de meses». Unos trescientos se han visto afectados.
El torrente de Es Siquió, que discurre en paralelo a Son Oms, está totalmente desbordado y en el de la Síquia, que conecta hacia la Playa de Palma, el agua está estancada; las cañas y otros restos no han permitido que ésta continúe su cauce hacia el mar, y se ha vertido hacia los terrenos. A todo ello, explica Serra, hay que sumar «todo ese agua que nos llega desde las pistas del aeropuerto y que el torrente, totalmente tapado, no pudo sacar». Y es que este martes, la fuerte tormenta dejó imágenes de las pistas de Son Sant Joan nunca vistas, totalmente inundadas, y afectando a la operatividad aérea durante horas. El vídeo de un trabajador dándose un chapuzón o la espectacular foto realizada por un pasajero desde dentro de un avión y en la que se puede apreciar la altura del agua acumulada son buena muestra de lo que allí sucedió.
Sin duda, fue un fenómeno torrencial. En solo dos horas y media, cayeron 72 litros por metro cuadrado; 43,8 de ellos fueron en una hora y 9,6, en diez minutos. Desde Emaya subrayan que llovió mucho en poco tiempo y así lo corroboran, y apuntan con datos, desde la AEMET.
El sistema de red de aguas, de origen, no está diseñado para asumir tanta cantidad de agua y colapsó, aclaran desde Emaya. Además, las diez estaciones residuales se llenaron en poco tiempo, alcanzaron su nivel máximo de recogida, y no pudieron retener más cantidad. A todo ello, recuerdan que hay zonas que todavía no tienen las pluviales y la red de saneamiento separadas, y eso también pudo afectar al colapso.
Los regantes del Pla de Sant Jordi reconocen que en algunas zonas concretas nunca había visto tanta agua y que hoy por hoy la situación para ellos es dramática: «El grano ya lo damos perdido. Y todo lo que se fumigó el otro día para la prevención de los mosquitos ha sido inútil, porque el agua ha quedado estancada de nuevo», lamenta Serra.
El Ajuntament de Palma realiza la limpieza de los torrentes en sus trazos urbanos una vez al año, tras el verano, para que queden a punto de cara a las lluvias de otoño. El resto depende de Medi Ambiente del Govern. No obstante, Serra asegura que en alguna ocasión lo han limpiado los propios regantes y la mejora del estado de conservación de los torrentes es una de las principales reclamaciones de los vecinos de la zona, y así lo compartieron hace unos días a este periódico.
La fuerte tormenta vivida este martes hizo temer lo peor. Los vecinos de Playa de Palma aseguran que hacía años que no vivían algo así, desde antes de que se hicieran las obras de canalización en el torrente de sa Síquia y que puso fin a años y años de inundaciones cada vez que llovía con fuerza. Este miércoles las compuertas del torrente en su desembocadura al mar estaban abiertas de par en par, pero sin flujo de agua, que sigue totalmente estancada.
Desde Asaja Baleares se han dado 48 horas de margen para ver la evolución del suelo tras las fuertes precipitaciones a la hora de poder hacer una valoración o cálculo de los posibles daños a las cultivos y cosechas en la zona del Pla de Sant Jordi.
Incidencias
La situación de este martes por la tarde fue especialmente intensa en la zona de Can Pastilla hacia el Arenal. Desde Emaya explican que se enviaron brigadas y bombas a distintos puntos negros por incidencias. Se atendieron un total de 16 avisos por inundaciones y 13 más obstrucciones en el alcantarillados, que impedían el drenaje de la vía pública. A las 20.15 horas, todas las incidencias quedaron resueltas.
Este miércoles, muchos de los locales y bajos afectados siguen trabajando en la limpieza y en la valoración de los daños sufridos.