El Camino de Santiago también se puede empezar desde el Santuari de Lluc de Mallorca. Puede sorprender porque todavía es poco conocida, pero la ruta está reconocida por el Cabildo de la catedral de Santiago de Compostela y los peregrinos pueden computar desde 2018 los aproximadamente 45 kilómetros que tiene de extensión. Ahora, la Associació d'Amics del Camí de Santiago (logo en la imagen circular) y la Federació d'Entitats Locals de les Illes Balears (FELIB) se han aliado para promocionarlo con señales oficiales, una web e incluso con la idea de transformar en un albergue Ca'n Arabí, en Binissalem. La intención es hacerlo todo en un año.
La ruta va de Lluc a Caimari, se dirige a Binissalem y termina ante la iglesia de Sant Jaume de Palma. "Hay que señalizarlo, que siempre pase por delante del ayuntamiento y la iglesia y facilitar que se conozca lo más emblemático de cada pueblo», ha comentado el sacerdote mallorquín y canónigo honorario del Cabildo de la catedral de Santiago de Compostela, Jaume Alemany. «Ver peregrinos pasando por tu pueblo ayuda a ver la vida de otra manera, a despertar el peregrino que llevamos dentro y entender que la felicidad no está en cosas que a veces creemos», ha señalado el religioso, que desde hace más de 20 años hace la ruta jacobea.
Para continuar la ruta hacia Galicia, Alemany ha explicado que lo más natural es, una vez acaba la etapa de Mallorca, partir desde Tarragona y enlazar con la ruta francesa del camino a lo largo del curso natural del río Ebro. Por otra parte, el sacerdote ha explicado que también existe otra parte del camino entre el santuario de Cura y Palma, que coge como referencia la figura de Ramon Lull. «Hay documentos y grabados que confirman que hacia 1.300 estuvo en Santiago y que, tras visitar Finisterre, afirmó que debía de haber algo más allá. Es probablemente el primer peregrino mallorquín que hizo el camino», ha asegurado el canónigo.
«Nos interesa formar parte de la ruta, darle difusión para que se conozca porque tendrá beneficios sociales y también económicos y turístico», según ha dicho el alcalde de Binissalem, Víctor Martí, que apoya la propuesta. El coste para impulsar la etapa no será muy alto porque todo el trabajo para documentar la ruta ya está hecho por la asociación sin ánimo de lucro presidida por Alemany, solamente falta la señalización. . Los municipios por donde pasa el camino mallorquín están a favor de la propuesta y deben ponerse de acuerdo en cómo establecer los carteles.