El juez Miquel Florit ha fallecido a los 68 años de edad. Durante cerca de tres décadas fue juez de instrucción en Palma, uno de los históricos de los juzgados de Via Alemania, la vieja guardia judicial de la Isla hasta que su carrera terminó de forma abrupta al topar con el 'caso Cursach' y terminar él mismo juzgado en el TSJIB y absuelto.
Florit estudió en Barcelona y allí tuvo su primer destino. En 1988 su nombre salió por primera vez en los periódicos por imputar al futbolista alemán Bernd Schuster y al presidente del Barcelona, Josep Lluis Núñez por un delito fiscal. No terminó esa instrucción y ese mismo año regresó a Palma, a un juzgado de Instrucción. No debió resultarle cómodo aquello. Será complicado encontrar a una persona más dada al silencio y la discreción. Tímido de palabras contadas, solo se soltaba con algunas de sus pasiones personales: el ajedrez por encima de todo, pero también la pesca. Era un habitual de las partidas en algunas cafeterías de Palma y un loco por las 64 casillas. Salía al mar cada poco en Platja de Muro y también se le recuerda como un gran cocinero de arroces de pescado.
En el juzgado de Instrucción 6 le tocaron de refilón las grandes causas de corrupción. Le tocó el 'caso Plan Territorial', que acabó en archivo y mantenía un juzgado tranquilo. El gran problema le llegó en diciembre de 2017, cuando el juez Manuel Penalva saltó tras ser recusado del 'caso Cursach'. Le tocó asumir una instrucción que entonces estaba en su punto álgido pero a la que se le empezaban a saltar las costuras que han terminado con el magistrado que le precedió condenado a nueve años de cárcel. Un regalo envenenado que intentó desmontar con más honestidad que astucia o intención.
Florit comenzó a notar que algo raro ocurría en un continuo de testigos sospechosos y extrañas actuaciones judiciales previas. En ese marco, un informe policial que él ni siquiera había visto terminó en la prensa. Ordenó entonces una investigación por revelación de secretos, que terminó en el juicio contra el juez Manuel Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán en el TSJIB y la condena a ambos. En esas pesquisas, con un informe previo a favor de la Fiscalía ordenó incautar los teléfonos de dos periodistas y estalló el 'caso Móviles' por el que llegó a ser juzgado y finalmente absuelto. En medio de ese proceso para él optó por la jubilación voluntaria y dejó la carrera judicial. Aún mantenía amistad y cariño de los más veteranos de Via Alemania.
Florit tenía dos hijos y un nieto. En el foro siempre será recordado como una buena persona. «Ni siquiera en los momentos más duros habló mal de nadie», recuerda alguno de sus amigos. Pese a su timidez extrema resultaba una paradoja: era un gran contador de chistes breves. Los últimos años atravesó numerosos problemas de salud, pero aún era habitual verle en la cafetería de la que era parroquiano, por las mañanas. Delante de un café y un tablero de ajedrez.