El reparto electoral ha colapsado los servicios postales de Baleares en las últimas dos semanas. La congestión ha obligado a los carteros a doblar turnos y determinadas oficinas han tenido que reforzarse con personal de otras demarcaciones cercanas en algunos momentos. Para más inri, esta saturación ha provocado el retraso de buena parte del resto de envíos, que en algunos casos acumulan una demora de cuatro o cinco días.
La delegación de Servicios Públicos de UGT-Baleares responsabiliza de la situación a «la falta de organización y previsión» de la dirección de Correos, la cual «amenaza con llevarse por delante las campañas electorales y la salud de las plantillas de Baleares, que se han visto obligadas a realizar jornadas de hasta 15 horas diarias para cumplir con el reparto electoral y sin poder disfrutar de los descansos que marca el convenio colectivo».
El problema se ha visto agravado por la entrega tardía del contenido de los envíos por parte de partidos como Més, Vox o el PI, denuncia el portavoz del Sector Postal de UGT, Jaume Nadal. Asimismo, los dos principales partidos, PSOE y PP, han triplicado sus envíos, puesto que a las papeletas electorales han sumado otras dos misivas con propaganda electoral. «Eso te obliga a triplicar el censo cuando ya vamos con los recursos muy justos».
Según Nadal, los últimos días han sido especialmente problemáticos para algunas oficinas de Mallorca, entre ellas varias de Palma, Marratxí o la oficina de Sóller, que ayer mismo tuvo que reforzarse con personal de otros pueblos. «Es algo que siempre pasa en campaña, pero que este año se ha multiplicado», señala para añadir que el incremento poblacional y de la masa electoral -un total de 828.129 ciudadanos de Baleares podrá ejercer su derecho en los comicios autonómicos del domingo, un récord histórico para la comunidad- ha confluido con las carencias de personal para hacer de la campaña un auténtico infierno para los repartidores.