La Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor, que regula la entrega de banderas azules de España, cobraba a los ayuntamientos de Mallorca 450 euros más IVA para evaluar si una playa debía tener o no tener esta distinción en 2022, según confirman fuentes del consistorio de Calvià, que hace tres años renunció a obtener este galardón a favor del sello ‘Q de Calidad Turística'. Al cierre de la edición del martes, la asociación, consultada por este medio, no respondió sobre el coste actual para analizar si dar o no esta distinción internacional.
Baleares ha perdido 45 banderas azules en sus playas desde 2010, cuando alcanzó su récord histórico con 72 distintivos. La semana pasada las Islas obtuvieron 27, lo que consolida una tendencia a la baja que, sin embargo, no implica que esté empeorando la calidad de los arenales, según defendió el martes en este diario el doctor en Geografía y en Geología, Francesc Xavier Roig, autor de un estudio que cuestiona el negocio de este sello. El premio no aporta medidas que fomenten el buen estado de la composición del arenal y se limita a exigir al ayuntamiento que cumpla con la normativa autonómica vigente.
El exconseller de Turisme, Biel Barceló, recuerda a este diario que los ayuntamientos y el Govern se apuntaban voluntariamente al procedimiento a través de un convenio por el cual pagaban una cantidad determinada para que los técnicos de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor revisaran las playas presentadas al certamen, con el fin de valorar si debían tener o no una bandera.
En 2016, durante el mandato de Barceló, el Govern ya no aportaba esta cuantía que el exconseller no recuerda con exactitud. Esta decisión originó un enfrentamiento con la asociación porque dejaba de recibir e ingreso autonómico. Barceló considera que no estaba justificado lo que se pagaba porque se llegaba al «absurdo» de que las playas vírgenes con alta calidad en sus aguas no podían optar a una bandera al no disponer de servicios.
El conseller de Turisme, Iago Negueruela, aseguró el lunes que «el Ejecutivo lleva años sin hacer estrategias de colaboración con entidades privadas con ánimo de lucro que otorgan según qué tipo de distinciones». Además, destacó que las playas más visitadas» de las Islas no tienen bandera azul.
El apunte
Un sello centrado en aumentar beneficios económicos
El estudio A critical view of the Blue Flag beaches in Spain using environmental variables, publicado en 2015 y en el cual participó el conseller de Medi Ambient, Miquel Mir, analizó 481 playas y concluyó que se caracterizan por un mal estado de su entorno y se vinculan con una altamasificación que ha incrementado su degradación. «La concesión de estos premios no incrementa en nada la calidad ambiental de la playa ni de su entorno y solo busca aumentar la calidad de sus servicios y beneficios», según los autores.