A veces circula un ciclista por Deià con un maillot de ciclismo donde en la espalda pone (en inglés) «luchar contra la depresión». Él se llama Raphael Nemethi y es un alemán con un pie en Mallorca. Desde que perdió a su madre hace nueve años por muerte por suicidio, le cambió la vida. Utiliza el ciclismo para visibilizar un problema que le tocó de fondo y que siente que está silenciado.
A su madre Dolores la recuerda como una mujer hermosa, que siempre mostraba una sonrisa de puertas para fuera, con un gran gusto por el diseño y la arquitectura. Pero de puertas para adentro, vivía en una profunda depresión que nadie entendía. «Un día me llamó y me dijo que así no podía vivir», recuerda Raphael, de 34 años. Como homenaje, hace pocos años empezó una línea de ropa de ciclismo llamada Dolores Apparel. El logo es el relieve de su madre y la frase ocupa la parte trasera de las maillots, bien grande.
«Mi vida cambió desde entonces, he intentado tener menos estrés, que sé que era algo que a mi madre le preocupaba mucho de mí, intento trabajar menos y hacer mucho deporte. He hecho esta ropa como hobby pero con el objetivo de que la gente acuda a un especialista si tiene depresión, que hable y lo comunique», reflexiona. Esta ropa está en Reynes Cycling de Deià y Sóller.
La depresión
Ni Raphael, ni su hermano ni su padre (marido de Dolores) percibieron que su madre sufría depresión. Pero marcaría más adelante a toda la familia, sobre todo a Raphael quien, meses después, viviría un intento de suicidio de su mejor amigo.
Desde que Raphael tenía ocho está conectado con la Isla. Tenían una casita en Sóller en la que veraneaban cada año. Hace cinco años la vendieron. Con tan solo 19 años se marchó de casa de sus padres para estudiar en Colonia (Alemania) Ciencias del Deporte. «Mi madre no quería que fuera ciclista profesional porque le provocaba ansiedad que me cayera. Fumaba por ello. Pero jamás hubiese dicho que sufría depresión», recuerda de aquella época en que empezaba a notarse que su madre no estaba bien.
Al principio, la familia pensaba que sería cosa de la menopausia. «A mí me trataba bien, pero es cierto que cada vez que le decía algo de deporte se ponía nerviosa. Mi madre estuvo tres meses yendo a hospitales para tratar su depresión, pero llegó un momento en que no quería la ayuda psicológica, pues decía que no le podía ayudar. En ese momento, la relación con mi padre tampoco era la mejor, pero nunca se separaron».
Si embargo, rememora que el día llegó. En ese momento, su madre no tenía ganas de salir de casa, tomaba pastillas que le hicieron engordar. Entró en una espiral sin salida. Dolores se quitó la vida con 58 años. Si Raphael ha creado una línea de ropa para concienciar sobre el suicidio es porque antes se interesó en el tema tras sufrirlo en casa desde hace años. Asegura que «cuando pasó lo de mi madre, yo llamé a una psicóloga que conocía porque quería empezar terapia. Le dije que no quería tener lo mismo, porque la depresión se pasa muy mal y no quería eso».
Le costó mover y tirar cosas de su madre: «Es un proceso que tarda mucho, ahora se han cumplido nueve años desde que ella ya no está». Hasta la fecha, la familia continúa la vida. Él visita a su padre, que ahora tiene 72 años, con frecuencia. Acabaron vendiendo también su hogar familiar en Alemania. Los maillot que personaliza no solo preservan la imagen en relieve de su madre, sino también el nombre, Dolores, con su letra, tal cual aparecía en su pasaporte. «Todo lo que hago, lo hago pensando en ella», dice con orgullo.