David Ginard, investigador y profesor de Història Contemporània en la UIB, ha publicado una segunda edición de su libro Aurora Picornell (1912-1937). De la Història al símbol. La primera edición fue publicada en 2016, editada por Documenta Balear, y está agotada. Tras el hallazgo de los restos de Picornell en Son Coletes (Manacor) el pasado octubre, Ginard se ha lanzado a una segunda edición que revisa y amplía la primera, además de recoger la reciente identificación del cuerpo de la activista mallorquina.
Ginard explica algunas de las novedades que aparecen en esta segunda edición: «He descubierto que Picornell escribió en la cárcel un manifiesto dirigido a los compañeros del Partido Comunista con orientaciones e instrucciones de cara al futuro. No tenemos el manifiesto, pero hemos sabido de su existencia a través de una causa judicial contra otra militante comunista, Lluïsa Vilardell, en 1939, con la guerra ya concluida. Concretamente, se trata de un informe policial que fue incorporado a la causa».
Para Ginard, «el hecho de que Picornell hiciera esta manifiesto demuestra el importante rol que desempeñaba en su formación política y que era una figura de prestigio, además de su cargo en el Secretariado de la Mujer, aunque no ocupara ninguna de las plazas de máxima responsabilidad en el partido».
Otra novedad recogida en la segunda edición es la confirmación de que el 18 de julio de 1936, fecha oficial del alzamiento franquista, Picornell acudió, al igual que cientos de personas, a la Casa del Poble de Palma. El historiador señala que «esta información la conocemos a través de otra causa judicial. Picornell estuvo junto a un aparato de radio para estar al corriente de lo que estaba pasando y era, según figura en la causa, la que más jaleaba a la gente». Al día siguiente, los militares ocuparon los principales edificios públicos e institucionales de la ciudad, entre ellos la Casa del Poble.
La ampliación de Ginard también incluye, igualmente a través de una causa judicial, una declaración de Picornell ante el juez el 26 de septiembre de 1936 en la que se le exige información sobre otro dirigente comunista y vecino de Aurora, Pere Canals. En esta declaración, apunta Ginard, «podemos comprobar que Aurora Picornell elude cualquier delación y echa balones fuera».
Otro dato curioso contenido en el libro es que, en los años 40, una profesora de la hija de Aurora Picornell, Octubrina, le dijo a ésta que «puedes estar orgullosa de los apellidos que llevas». En aquella época, un comentario así era de alto riesgo. Octubrina Roja fue la única hija de Aurora Picornell y Heriberto Quiñones, quien también fue asesinado por el franquismo en 1942. El padre y los dos hermanos de Aurora fueron igualmente asesinados.