La falta de lluvias copiosas junto con la entrada de polvo sahariano en las últimas horas en Mallorca ha provocado que empeore gravemente la calidad del aire, que en algunos momentos y en determinadas estaciones de medición ha presentado índices peligrosos para la salud. Del mismo modo lo corroboran las aplicaciones móviles que miden el Índice de Calidad del Aire (ICA), un barómetro permanentemente actualizado que informa acerca de la calidad del aire de las ciudades y poblaciones en general gracias a que la Agencia Europea del Medio Ambiente ha instalado más de 2.000 estaciones de medición repartidas por todo el continente.
En el caso de Palma se encuentra en la esquina de la calle Foners con las Avenidas. Precisamente en este punto se han registrado niveles poco recomendables para la salud. El ICA se elabora a partir de los niveles de ozono troposférico (O3), dióxido de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2) y partículas en suspensión (PM2,5 y PM10). Los algoritmos cruzan los datos, y se obtiene como resultado una valoración. Cuanto más elevada es, mayor peligrosidad existe para la salud de las personas. Hay quien en las redes sociales ya pide a las autoridades que tomen cartas en el asunto.
En concreto, la Agencia Europea del Medio Ambiente establece seis categorías de peligrosidad en función del nivel de contaminación ambiental en la región consultada. En el caso de las poblaciones que rodean la bahía de Palma la puntuación se encuentra entre 201 y 300, el penúltimo rango que existe, y su aire se considera «muy dañino para la salud». Se plasma en el mapa en color morado. A medida que nos vamos alejando de la capital balear, la calidad del aire mejora. En el resto de Baleares la calidad del aire es más benigna.
Justo estos días se han presentado las consecuencias de un informe sobre los efectos del cambio climático en las Islas, que abunda en los efectos que la saturación turística tiene sobre las temperaturas. Los expertos apuntaban como principales factores de contaminación ambiental el transporte y la generación de energía. Hay que considerar que la contaminación atmosférica se considera un factor de riesgo en múltiples patologías. Sin ir más lejos este jueves ha visto la luz un estudio que incide en la posibilidad de que las partículas inhaladas provoquen alteraciones cardíacas en adolescentes sanos. Además una situación como la actual, con niveles de calidad del aire muy desfavorables para la salud, puede desencadenar complicaciones en grupos de población especialmente sensibles a las afecciones respiratorias.