El año pasado la flota aérea sanitaria de las Islas realizó un total de 1.141 traslados urgentes de pacientes, con un coste medio aproximado de 3.250 euros cada uno. El IB-Salut paga por cada anualidad un importe de 7,4 millones de euros a la adjudicataria, lo que permite el uso de cuatro aeronaves. Ahora, una vez que se han puesto en marcha nuevas prestaciones sanitarias en Formentera, Ibiza y Menorca, se cree que la necesidad de traslados se reducirá, si bien en un archipiélago siempre serán habituales.
Tras los problemas de incumplimiento de la anterior adjudicataria del servicio, IB-Salut se lo otorgó a la empresa Babcock hasta 2024 por un valor de 22,4 millones, por lo el coste se reduce en relación al contrato anterior. Este viernes, las autoridades sanitarias y la presidenta del Govern, Francina Armengol, visitaron la actualización de la flota. El transporte sanitario urgente cuenta con dos aviones modelo Beechcraft King Air 250 y recibirá dos nuevos helicópteros Bello412EP, con tecnología puntera y sistemas avanzados de seguridad aérea.
«Nos da garantías para trasladar con las máximas condiciones médicas y de seguridad a aquellos pacientes con necesidades vitales urgentes. Es un servicio que posibilita salvar muchas vidas», defendió Armengol. El tipo de pacientes que requieren traslados aéreos de urgencia son de naturaleza compleja. Lo habitual es que estén conectados a ventilación mecánica y que requieran una gran cantidad de material electromédico. Los encargados de llevarlos y coordinarlos son el SAMU061.
El apunte
Neurocirugías o cardiopatías, lo más habitual
El transporte aéreo garantiza la asistencia del paciente grave como son los sometidos a terapia ECMO, candidatos a trasplantes, grandes quemados... Las patologías que más lo requieren son la cardiopatía isquèmica, los casos de neurocirugía, politraumatizados con riesgo vital, patología COVID o procesos oncológicos para tratamientos específicos.