Nashira Sánchez, de 33 años y de Eivissa, no sabe lo que es una menstruación sin dolor. Desde que le bajó la regla, con 13 años, ha experimentado un sinfín de malestares. No fue hasta finales de 2020 cuando por fin le pusieron nombre a su caso: padece endometriosis, una enfermedad que afecta al tejido que recubre el interior del útero y que lo sufren dos de cada diez mujeres.
Tras este dolor pélvico crónico, a Nashira se le sumaron otros dolores como lumbociatalgia, le detectaron síndrome miofascial, adenomiosis (similar a la endometriosis) y está a la espera de que le confirmen fibromialgia. La joven ibicenca lleva un tiempo caminando con muleta y tiene fatiga crónica, entre otros problemas. Después de estar un año y medio de baja, una inspectora del Sistema de Salud le propuso para una incapacidad permanente. Sin embargo, el Tribunal Médico de Balears le ha denegado la solicitud «por no alcanzar un grado suficiente de disminución de su capacidad laboral».
La endometriosis no está dentro del listado de la Seguridad Social como enfermedad incapacitante. Por ello, Nashira Sánchez ha movido en la plataforma Osoigo una campaña de firmas. Si llega a 500 personas, podrá derivar al Parlament balear la cuestión de incluir la enfermedad en el listado.
Sin ayudas
Nashira es joven y con ganas de avanzar en el mundo laboral, pero su enfermedad le impide desarrollar sus funciones como administrativa. Ya hace un año y medio que no trabaja. Primero tuvo un paro durante seis meses y después la echaron. Desde entonces no cuenta con ningún ingreso, porque además tampoco le han dado pensión «ni tengo derecho a la ayuda subsidiaria por no cumplir algunos de los requisitos:tener hijos o ser mayor de 45 años», explica en el comunicado de Osoigo.
«Tengo cita con los Servicios Sociales este mes para ver si pueden darme algún subsidio. Mi familia me está pagando las cosas, como el abogado para que pudiese hacer este tipo de reclamaciones. En la Seguridad Social, si no reclamas bien, no se tiene ni posibilidad de que te escuchen. Me comentaron que estaban negando muchas reclamaciones».
A la pregunta de por qué la endometriosis no está considerada como incapacitante, la doctora y jefa de la sección de Obstetricia y Ginecología del Hospital Son Espases, Anna Torrent, recuerda que «no hace falta poner un nombre y apellido a la enfermedad incapacitante, sino que habrá que ver los síntomas que provoquen en tu vida laboral».
«Para dar la incapacidad laboral hay que tener en cuenta qué tipo de endometriosis es y qué provoca. Porque en la mayoría de casos esta no será para toda la vida», destaca. Torrent sostiene que «el 80 % de las afectadas responden a los tratamientos médicos y cuando no, también está la opción de cirugía». En su defecto, la doctora sí que apunta a que «en un 10 o 15 % de las mujeres el dolor es crónico e invalidante y en este caso sí puede ser para incapacitarla».
Ante todo, defiende que el INSS se basa en «informes» y entiende que la incapacidad permanente debe estar sujeta a revisiones y que «valoran en función de los síntomas que presenten». Hay tipos de patologías y dolores crónicos, pero no niega los «casos resistentes: Si una mujer no puede hacer vida normal, tampoco podrá trabajar».