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La falta de suministros y la subida de costes energéticos llevan al límite a las empresas de Baleares

Cámara de Comercio, transportistas y distribuidores anuncian que la situación va a empeorar a corto plazo

Los transportistas impidieron este lunes, un día más, el paso de los camiones a Mercabarna y al puerto de Barcelona, situación similar a la que se produce en los puertos de Valencia y Denia. Las navieras llegan a los puertos de Balears con una ocupación media del 50 % en las bodegas de sus buques.    | Alejandro García

| Palma |

La caída de la producción por los costes energéticos y la falta de materia primas, como consecuencia directa de la huelga de transportistas en la Península, sitúa a las empresas de Mallorca y resto de islas en una situación límite. La Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Mallorca afirma que ya hay «serios problemas en la llegada a las Islas de todo tipo de productos no perecederos y de materias primas». La entidad cameral, que preside Antoni Mercant, así como transportistas y distribuidores coinciden en señalar en que la situación va a empeorar a corto plazo. «Las administraciones deben actuar porque la situación se agrava de un día para otro», indica Mercant.

El presidente de la Asociación de Distribuidores de Alimentos, Bebidas y Limpieza (ADED), Bartomeu Servera, prevé un horizonte a corto plazo muy negativo: «Si la situación en el sector del transporte en la Península no se ataja en menos de ocho días, los problemas van a a comenzar de forma seria. De momento, no hay problemas». Esta patronal se reunirá mañana con el conseller de Mobilitat, Josep Marí, para analizar la actual coyuntura del transporte y el impacto de la huelga en la distribución de productos perecederos y no perecederos. El conseller Marí se reunió la pasada semana con los transportistas de mercancías para evitar la huelga indefinida que han convocado a partir del próximo lunes, día 28.

Baleària, Trasmed y GNV mantienen activa toda su operativa de transporte de mercancías, pero los piquetes en los polígonos de Sevilla, Madrid, Barcelona y Valencia impide, según las navieras, el poder cargar todo tipo de productos en los buques con destino a los puertos de Mallorca, Menorca y Eivissa. «Cada vez están menos llenas las bodegas de nuestros buques, lo cual preocupa a las empresas de las islas», puntualizan. La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) confía en que en los próximos días «haya una reacción rápida por parte de las administraciones, para así poder aminorar al máximo los precios de los suministros por el incremento de los costes energéticos».

La vicepresidenta ejecutiva de la FEHM, María José Aguiló, cifra en el aumento entre un 30 % y un 50 % de todos los productos de alimentación por este motivo. Esta evolución de los costes productivos, según las asociaciones empresariales y la Cámara, «es lo que está estrangulando la viabilidad de muchas empresas en esta coyuntura, que se ha agravado con el conflicto bélico ruso-ucraniano». Las patronales de las grandes superficies y supermercados, ANGED y Asedas, respectivamente, insisten en que el Gobierno debe garantizar la cadena de suministro, para un archipiélago, por lo que coinciden con la Cámara de Comercio de Mallorca y empresas de las Islas que se tienen que adoptar medidas de contención rápidas para evitar las acciones de los piquetes en polígonos y puertos.

Las claves
  1. La devolución de los ICO agrava el problema

    Las empresas de Baleares, aparte de asumir los costes energéticos, tienen que devolver a finales de marzo y principios de abril todos los créditos ICO que el Gobierno les concedió para poder paliar los efectos negativos del impacto de la pandemia.

  2. El aprovisionamiento está en peligro

    El aprovisionamiento de todo tipo de productos de cara a la Semana Santa está en peligro por la huelga de transportistas, lo cual preocupa a toda la cadena de valor turística. Hoteleros, restauradores y oferta complementaria son los principales perjudicados.

  3. Los touroperadores ven con recelo la crisis

    Los touroperadores británicos y alemanes ven con recelo la crisis generada por la guerra en las empresas turísticas, más aún con la cercanía de la Semana Santa. Temen que lleguen los turistas y no haya productos de alimentación y las piscinas no se puedan utilizar.

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