El himno de Ucrania sonó en la plaça de Cort entonado por decenas de ciudadanos del país invadido y ante el aplauso de centenares de personas en solidaridad con el pueblo ucraniano y en rechazo de la agresión rusa. La concentración convocada por el Ajuntament llenó de azul y amarillo el corazón de la ciudad. El grito «¡No a la guerra!» volvió a escucharse junto con otros de «¡Ucrania, Ucrania!». La convocatoria, secundada por más de un millar de personas tuvo como corazón y protagonistas a decenas de ciudadanos ucranianos que se turnaron en medio de un círculo para hablar, rogar y llorar. De forma casi improvisada, Valentina Kosevaska, sacó un papel cuando se le acercó un micrófono de una televisión: «Nuestra obligación es no hacer la vista gorda y salvar miles de vidas. Tenemos que parar, si no, no sé qué puede pasar. No queremos una tercera Guerra Mundial». La plaza se llenó de aplausos y se inició el canto del himno. «Putin Stop. No más asesinatos» era el lema que más se repetía en las pancartas.
«Yo nací en Ucrania, al este del país. Ahora hay mucha presión en mi ciudad. Estoy muy preocupada. Mucho ánimo y amor». Inna Ponomarchuk también ocupó el centro del corro, delimitado por pancartas y banderas ucranianas, para hablar en lengua de signos. «Salvad Ucrania, salvad Europa, salvadnos a todo», siguieron las intervenciones, en inglés. Consignas en ucraniano y respuestas desde la multitud: «¡España está con vosotros!». Yuri Zubko, presidente de la Asociación Familia Ucraniana de Mallorca, agradeció el respaldo y la ayuda recibida. «Muchas gracias, no me esperaba tanto. Cada minuto llega alguien para darnos algo», señaló. Reclamó apoyo militar a Europa más allá de alimentos y ayuda humanitaria. Ante su mención a las armas, una pareja pacifista alemana, con el signo de la paz en sus pancartas torcieron el gesto: «Las armas no ayudan nunca».
La protesta llegó a su culmen a las ocho en punto cuando, tras las campanadas se guardó un momento de silencio roto por la batukada de Tambors per la pau. La nutrida representación de cargos institucionales presentes en el acto, quedó en un segundo plano tras las pancartas. En un balcón de la plaza, una bandera ucraniana y, en el balcón de Cort, una gran pancarta llenaba toda la fachada con la palabra paz.