Nochevieja y Año Nuevo sin restricciones, sin limitación a las reuniones ni toque de queda, pero con mascarilla y certificado COVID obligatorios y con la mayor parte del ocio nocturno con la persiana bajada. Así será la última noche del año de 2021 en Baleares. Más desangelada que otros años, pero suavizada respecto a la 2020, cuando la comunidad mantuvo las restricciones más duras de todo el país, para evitar una nueva ola de la pandemia que, desgraciadamente, no consiguió sortear.
A pesar de que Baleares ha sumado este viernes 31 unos 1973 nuevos contagios, y ha alcanzado la tasa de positividad más alta registrada hasta ahora, un 24,05 %, el Govern ha optado por no ampliar las restricciones. Cualquier residente de Mallorca, Menorca e Ibiza, islas se que se encuentran en fase 3 por contagios, tendrán que portar tapabocas y la obligatoriedad de presentar el pasaporte COVID en todos los establecimientos de restauración y ocio nocturno, independientemente de su cabida. Muy lejos de las restricciones de 2020.
Recordemos, Mallorca, por estas mismas fechas, estaba en nivel 4. Así, el 31 de diciembre, y hasta el 12 de enero de 2021, manteníamos el toque de queda a las 22 horas. Las terrazas de bares, cafeterías y restaurantes cerraron a las 18:00 horas, los comercios -salvo alimentación, farmacias y otros productos esenciales- echaron la persiana a las 20:00 horas. En los centros comerciales la ocupación no podía superar el 30 por ciento del aforo habitual y cerraron los fines de semana, excepto los festivos que tuvieran autorizados.
Las reuniones familiares se limitaron a 6 personas excepto en espacios exteriores en Ibiza, donde podían llegar a ser 10. Eso sí, no había límites a la movilidad interior y se podía entrar en el archipiélago, tanto desde el resto de España como desde el extranjero, si se contaba una PCR negativa. Sin duda, fue un fin de año atípico... y duro.
Esta Nochevieja, si uno acude a alguna fiesta o a un bar, la mascarilla siempre puesta, incluso bailando, y solo se podrá desprender de ella para comer o beber. Aunque lo difícil será, al menos en Mallorca, encontrar un cotillón abierto ya que, desde el lunes, la mayor de discotecas, bares o salas de fiesta han ido anunciando a cuentagotas la cancelación de sus fiestas de Nochevieja por la situación de los contagios y la imposibilidad de muchos para controlar que los participantes cumplan la normativa COVID.
Para evitar aglomeraciones, el Ayuntamiento de Palma despliega este viernes un dispositivo especial con motivo de Nochevieja, con el que se duplicarán el número de policías locales que habitualmente velan por la seguridad ciudadana en las calles de la capital balear. El dispositivo, organizado de forma coordinada con la Policía Nacional y el Govern, controlará especialmente la formación de posibles aglomeraciones en determinados puntos de la ciudad, como puede ser la plaza de Cort. ¿El objetivo? Que no vuelva a repetirse el descontrol vivido en algunos locales de Mallorca en Nochebuena y Navidad. Por eso el Govern no ha dejado de pedir esta semana mayor compromiso al sector del ocio nocturno en el cumplimiento de las medidas establecidas.
En la Part Forana similar. La Guardia Civil trabajará en coordinación con las policías locales. Calvià ya ha anunciado, por ejemplo, un operativo de vigilancia para controlar el cumplimiento de toda la normativa que, en el caso de este municipio, se realizará en coordinación con la Benemérita.
Estas medidas del Govern no solo afectan a la restauración, todos los establecimientos culturales, independientemente de si se consume o no, los eventos organizados con motivo de fiestas populares que no puedan ser aplazadas, como recomiendan las autoridades sanitarias, también pedirán mascarilla obligatoria y se solicitará el pasaporte COVID. Lo mismo con las celebraciones religiosas en lugares de culto, distancia de seguridad y tapabocas.