Me alegro mucho de la noticia de que hayan archivado la denuncia por detención ilegal a los estudiantes confinados por el Govern en el hotel COVID de Palma y que la jueza no aprecie ninguno de los delitos que se imputaban a la directora general de Salud Pública, Maria Antònia Font. Me alegro mucho, porque ello da la seguridad necesaria que necesitan las autoridades ante las medidas que ponen en marcha en una pandemia difícil, donde es muy complicado tomar decisiones, en un entorno donde lo fácil es criticar.
Me alegro que la jueza haya decidido que no aprecia ninguno de los delitos -detención ilegal y prevaricación- que se imputaban a la directora general de salud pública. Me alegro de que Maria Antònia Font haya ganado ante las once denuncias de familias por la reclusión de sus hijos el pasado mes de junio en el hotel Palma Bellver mientras se encontraban de viaje de estudios en Mallorca, al haberse detectado varios positivos de covid-19 entre el grupo. Me alegra mucho que la magistrada diga que no se desprende que se hubiera actuado con abuso de autoridad (nunca me ha dado esa sensación) o de forma arbitraria (tampoco forma parte de la manera de actuar de la directora general) sino en todo momento fundamentado en un relato fáctico y conforme a una norma de salud pública basada en el informe del centro de emergencias, aspecto con el que coincido totalmente.
Para mi, la gestión es ser valiente, pensar antes de hacer, es buscar el consenso en lo que es posible, es hacer pedagogía y divulgación. Y la gestión necesitas de ser una buena líder. Y ello implica: Comunicación, para conseguir que la información fluya en todos los sentidos. Empatía, donde la inteligencia emocional juegue un papel relevante. Honestidad e integridad. Confianza y apuesta por los demás, delegando en el resto de las personas, apostando por sus capacidades y entregando responsabilidades y méritos acordes a los esfuerzos realizados. Positividad, basado en el reforzamiento positivo. Inspiración, para servir como modelo, ya que el ejemplo es el mejor modelo de liderazgo. Practicidad y eficiencia, gestionando los recursos y optimizándolos al máximo. Fomentar el crecimiento, porque un buen líder siempre debe fomentar el crecimiento de su equipo. Guiar, ya que guiará, mediante el conocimiento y la experiencia a las personas de su equipo. E Innovación, actualizándose de forma permanente, ante los cambios vertiginosos.
Y sin duda alguna, qué difícil es ser valiente como lo fue Maria Antonia Font!. Y ante todos estos principios, para mi fundamentales, doy y di todo mi apoyo a Maria Antònia Font Oliver, directora general de Salud Pública de Balears, cuya valiente actuación benefició a la comunidad balear. Es evidente que la salud como bien común, en una emergencia sanitaria como la pandemia de COVID-19, tiene que estar por encima de la salvaguarda de algunas libertades individuales, en aras de la salud y en aras del bienestar de la comunidad.
Doy y di toda mi mi solidaridad a María Antònia Font, directora general de la Conselleria Salut que dirige Patricia Gómez. María Antònia y Patricia han cumplido con las obligaciones que competen a la autoridad sanitaria al aplicar la cuarentena que correspondía y protegido con ello la salud colectiva de la ciudadanía, la de los más débiles y vulnerables, en una situación excepcional. Doy y di mi total apoyo tanto a la directora general como al propio Govern de les Illes Balears, que lo único que hizo fue actuar con la intención de controlar la pandemia y en consecuencia, de salvar vidas. La actuación del Govern de les Illes Balears en este 2021 es digno de alabar, con mis dudas y pequeñas discrepancias y con mis comentarios críticos en algunos momentos.
Es importante ser conscientes de que la pandemia aún no ha terminado. Además, es necesaria una mayor responsabilidad individual y de las autoridades para detener esta sexta ola de coronavirus y al mismo tiempo, es importante hacer un llamamiento a las personas que aún no se han vacunado para que lo hagan y que los niños y niñas de 5 a 12 años se vacunen. Vemos que ahora, la incidencia de la pandemia no tiene una repercusión muy importante en la presión hospitalaria. Vemos que la vacuna funciona de forma muy importante en la enfermedad grave y que tenemos que vacunar a toda la población, cómo manera de detener el virus, junto a las restricciones que se han poniendo.
Es evidente que la defensa y el apoyo a la actuación en Salud Pública ante el macrobrote era una necesidad ante las dificultades de una crisis compleja y difícil que necesita el apoyo de todo el mundo, también de los jueces y de los políticos revisando el ordenamiento jurídico de las pandemias, donde la salud de las personas, vaya siempre primero. Necesitamos más salud pública. Necesitamos echar a andar la agencia de salud pública, la estatal y la autonómica. Necesitamos que la Agencia Estatal de Salud Pública trabaje en red con las CCAA y con los centros de investigación en Salud Pública para que sea el garante de la gestión y comunicación de todos los aspectos de la salud pública española. Y cómo decía y digo, que la ley de Salud Pública sea ley suprema. Hoy lo es un poco más, sin duda alguna.