Este pasado domingo sucedió un hecho singular. El mismo día en que los niños salieron a la calle por primera vez en seis semanas un caracol zurdo fue descubierto en Palma. Tulieta, como le han bautizado Alberto Alegre y Fabiana Salvi, la familia mallorquina que encontró en su terraza por pura casualidad a este animal particular.
Tulieta es «uno entre un millón», y apareció ante los ojos despiertos de los vecinos sin previo aviso. «Esto del confinamiento nos hace más observadores», bromean.
Para los profanos conviene aclarar que un caracol zurdo es aquel cuya espiral de su cocha se enrolla hacia el lado izquierdo, al contrario que la práctica totalidad de los de su especie, un hecho que condiciona la disposición de sus órganos sexuales y hace imposible el apareamiento con los que no son como ellos. Solo pueden lograrlo con otro individuo zurdo, lo que los convierte en un auténtico rara avis en el mundo de los invertebrados.
Algunos de ustedes recordarán al célebre Tomeu, el primer caracol zurdo mallorquín en hacerse famoso. Tomeu era de Binissalem y vivió una vida de película después de que el genetista británico Angus Davison lanzara una campaña a nivel internacional en 2016, para buscar un novio zurdo para su caracol Jeremy, un ejemplar que le entregó un científico jubilado del Reino Unido que lo encontró en un parque.
Tomeu resultó elegido, fue trasladado a las Islas Británicas, y logró aparearse con éxito con Jeremy, aunque toda su progenie fue diestra. Finalmente murió hace un par de años.
Ahora esta familia de Palma ha dado a conocer al mundo la existencia de Tulieta, conscientes del interés que despiertan estos caracoles tan especiales, aunque «todavía no ha contactado nadie del ámbito científico con nosotros. En realidad no sabemos qué vamos hacer con el animal, pues lo acabamos de encontrar», explican.