La Empresa Funeraria Municipal (EFM) de Palma empieza a quedarse sin parte del material de protección que contempla el protocolo de seguridad de riesgos biológicos para hacer frente al coronavirus. El gerente de la EFM, Jordi Vilà, explicó ayer que «en un principio teníamos bastante porque la Funeraria tenía stock pero según van pasando los días empiezan a fallar algunas cosas». Por eso ya se está insistiendo a la Conselleria de Salut para que pueda llegar más material «porque a partir de la semana que viene podríamos empezar a tener problemas».
De hecho, Vilà explicó que «hemos empezado a fabricar nosotros mismos algunos materiales, aquellos que está dentro de nuestras posibilidades hacerlo».
La empresa no recoge solo los casos de personas fallecidas por el coronavirus, aclaró el gerente, «pues las cifras oficiales de estas defunciones contabilizan los casos confirmados de COVID-19, pero eso a veces ocurre días después de la muerte, mientras que para nosotros supone realizar una recogida con el protocolo de riesgos biológicos cualquier fallecimiento que sea un caso confirmado, probable o posible, que es la clasificación del Ministerio». Por eso, el uso de material no es solo para los casos confirmados.
Además, la pandemia mundial ha coincidido con un aumento de las defunciones que no tienen nada que ver con el coronavirus «y las dos cosas sumadas a las restricciones que hemos puesto en el tanatorio y en el cementerio en cuanto a aforos nos ha obligado a cambiar completamente el tipo de servicio y a reestructurar turnos de personal, lo que hace que todo se esté llevando con bastante estrés. Aquí todos estamos haciendo de todo», comentó Vilà.
El aumento de los fallecimientos por estas fechas es algo que ocurre habitualmente cada año. El gerente indicó que normalmente hay dos puntas, que suelen coincidir con el inicio de la primavera y del otoño, lo que supone un incremento de un 30 % de los servicios normales.
La Funeraria también ha empezado a tener bajas, hay dos personas en cuarentena al haber dado positivo un familiar con el que conviven, por lo que se ha empezado a contratar más personal, principalmente operarios y administrativos. En estos momentos los cementerios de Palma están cerrados al público y los velatorios, suspendidos. La EFM podría ofrecer más adelante velatorios virtuales. Ahora mismo, recordó Vilà, «permitimos 15 minutos en presencia del féretro, que se aprovecha, a veces, para hacer el responso religioso o para la despedida. En este caso se permite un máximo de 10 personas.
Después se procede a la inhumación o a la incineración. En el caso del entierro se permite la presencia de la familia porque es al aire libre y se mantienen las distancias de seguridad. También se permite acompañar al difunto hasta la puerta del crematorio en el caso de incineración, pero no se puede acceder al interior.