La iniciativa emprendida el lunes de crear un reparto a domicilio de frutas y verduras de los payeses de Mallorca ha convertido los almacenes de Camp Mallorquí, la Cooperativa de Sóller y sus almacenes colaboradores, en un experimento de logística a contrarreloj. El martes las líneas de teléfono ya estaban saturadas con 1.800 pedidos, e igualmente el whatsApp y el correo electrónico.
Este miércoles, por la mañana había «mil pedidos servidos, mil en proceso, o sea preparándose, y alrededor de 3.500 mensajes sin abrir porque no damos a basto», señalaba el presidente del Camp Mallorquí, Miquel Gual, quien reconoce que no se esperaban para nada esta abrumadora respuesta de la sociedad mallorquina. Pese al stress que esta sobrecarga de trabajo ha generado entre los agricultores, que han tenido que recolectar más género de lo previsto, y en los almacenes agrícolas, donde no se da abasto a llenar cajas de naranjas, patatas, espinacas, acelgas y otros vegetales de temporada, el sector primario alberga la esperanza de que esto permita una «reconciliación o reencuentro» entre los mallorquines y los productores locales. «Desde hace 70 años hay un ‘divorcio' entre la sociedad mallorquina y el campo; nos hemos cargado la industria y la agricultura, ahora que tenemos mucho tiempo para pensar hay que replantearse esta relación para beneficio de todos», señala Gual, quien critica la falta de apoyo de la Conselleria de Agricultura «cuando les planteé esta idea ante el desánimo de los payeses al ver que todo lo que habían plantado para destinar a hoteles y restaurantes esta temporada se iba a echar a perder».
La tecnología ha sido la gran aliada del sector primario en esta aventura comercial que emprendieron sin sospechar que podrían «morir de éxito». Tras lanzar la oferta de un cajón de fruta y verdura o de naranjas por 15 euros cada uno a través de Facebook, al día siguiente se vieron en la necesidad de usar el mismo canal social para buscar autónomos con furgoneta para hacer el reparto. El martes se apuntaron 12, y hoy ya cuentan con 25 repartidores para ir por toda la Isla. La actividad es incesante y ha devuelto algo de optimismo al sector en plena crisis del coronavirus.
Cordero y ‘porcella'
Los ganaderos de la Cooperativa Pagesa de Pollença también harán reparto a domicilio aunque solo dentro del municipio, para llevar al consumidor corderos y lechonas de producción local, ante el parón de la actividad turística.
Ofrecen medio cordero por 40 euros, 75 € el cordero entero y 55 la porcella. Se pueden encargar hasta el lunes al mediodía y se repartirán el miércoles y el jueves.