Crisis sanitaria en la cárcel de Palma. La falta de enfermeros y de auxiliares de enfermería está poniendo en riesgo la salud de los internos, según han informado a Ultima Hora fuentes sanitarias del centro penitenciario.
«En el centro tenemos entre 1.200 y 1.300 reclusos y el 80 % de ellos toma algún tipo de medicación, la mayoría ansiolíticos o antidepresivos. Hay muchísimos enfermos crónicos, que padecen por ejemplo el VIH, y en el último año el servicio de atención sanitaria ha caído en picado por el gran volumen de trabajo que tenemos», explicaron las mismas fuentes. Un dato que evidencia los problemas en la atención médica a los reclusos es que este invierno no se ha podido llevar a cabo la vacunación contra la gripe, a pesar de que las cajas con las vacunas llegaron a la prisión.
Los enfermeros y auxiliares no han tenido «tiempo material para la vacunación» y consideran que esta situación entraña muchos riesgos: «Si en la calle una gripe puede ser severa, para un enfermo de la prisión cuya salud es muy delicada le puede provocar graves trastornos. Además, esta el tema del contagio. Están en recintos cerrados y si uno coge la gripe, sus compañeros de módulo tarde o temprano también la cogerán», explicaron. En la cárcel de la carretera de Sóller hay también numerosos reos que padecen trastornos psiquiátricos, y la falta de personal provoca que la medicación no les llegue a tiempo por las mañanas: «Esto les puede provocar ansiedad o agresividad. La suerte es que esta prisión es tranquila, porque si esto ocurre por ejemplo en Picassent se lía muy gorda».
Los ideal, para los sanitarios de la prisión, sería que hubiera 11 enfermeros y 7 auxiliares trabajando en el penal mallorquín, pero en la actualidad hay menos de la mitad.