La Audiencia de Palma ha confirmado la condena a una clínica dental a pagar 76.797 euros de indemnización a una mujer que contrató varios implantes pero los perdió por mala implantación y que además sufrió deterioro estructural de la mandíbula, desajuste en la articulación y desvío en la mordedura.
La sección tercera del tribunal provincial ha desestimado el recurso de apelación interpuesto por la clínica dental y ha confirmado una sentencia anterior del Juzgado de Primera Instancia número 17 de Palma que la condenó a indemnizar a la mujer por daños y perjuicios.
La afectada interpuso una demanda contra la clínica dental, pero solo reclamaba la devolución de los 9.800 euros que pagó inicialmente por un tratamiento bucodental que consistía en la colocación de varios implantes.
La mujer había contratado el tratamiento con una clínica que cerró, y su caso fue asumido por otra que fue donde sufrió los problemas y a la que denunció.
El juzgado consideró que la mujer no tenía derecho a la devolución de lo pagado por contratar el tratamiento, pero que sí debía ser indemnizada con 60.187 euros por las secuelas funcionales que sufrió y con otros 16.610 euros por el coste de los trabajos precisos para deshacer lo mal hecho y volver a realizar los implantes y coronas de manera correcta.
La clínica presentó un recurso al entender que no estaba acreditada su relación con el centro dental donde inicialmente la mujer contrató el tratamiento, y que, en todo caso, la cuantía máxima de la indemnización debían ser 16.512 euros por considerar mal valorada la mala praxis y los daños y perjuicios.
La sección tercera de la Audiencia señala en la nueva sentencia que está acreditado claramente el vínculo entre la clínica donde la mujer contrató el tratamiento y la que asumió llevarlo a cabo cuando la primera cerró, ya que, entre otras cuestiones, el logotipo de ambas aparece en el presupuesto que firmó.
Además señala que la actuación de la primera clínica fue muy limitada y la mala praxis ocurrió fundamentalmente en la segunda.
La sala recuerda que a la mujer le colocaron de manera deficiente tres implantes, aplicados de forma muy superficial y que finalmente perdió. Además otro implante le produjo molestias desde el principio y también sufrió dolor durante los 9 meses que llevó puestas unas coronas provisionales y desajustadas.
Cuando le colocaron las coronas dentales definitivas, las inferiores eran más largas que las superiores lo que le produjo dolor, un desajuste en la articulación y desvíos en la manera de morder.
Por todo ello tuvo que volver a someterse a un nuevo tratamiento, aunque sufrió varias secuelas permanentes e irreversibles como deterioro estructural del maxilar inferior, una lesión inoperable de una oclusión dental y subluxación mandibular.
La sección tercera considera adecuada la cuantía indemnizatoria fijada y la confirma.