El proceso de la causa de nulidad matrimonial interpuesto por Sonia Valenzuela contra el que fue su marido, Mariano de España Morell, se ha visto enturbiado por un nuevo episodio: la recusación del obispo de Mallorca, Javier Salinas, y por extensión el Tribunal Eclesiástico de la Diócesis, por entender que el prelado mantiene «una amistad manifiesta» con su todavía esposa. Cabe recordar que Mariano de España responsabiliza al obispo Salinas del fracaso de su matrimonio, una opinión que trasladadó por carta al papa Francisco a finales de 2015.
La argumentación del escrito redactado por la abogada que defiende los intereses de Mariano de España en este proceso se centra en evidenciar la posibilidad de influencia del obispo Salinas, del que recuerda que las numerosas visitas que realizaba a su esposa al Palacio Episcopal fuera del horario laboral, además de las prolongadas conversaciones por teléfono que mantenían.
«El juez no sólo debe ser efectivamente imparcial, sino que debe también ser considerado como tal por las partes de la causa», precisa la letrada de Mariano de España, quien recuerda las numerosas prerrogativas de las que dispone el obispo con la actual legislación eclesiástica, ampliada recientemente por el papa Francisco.
En este sentido, la exposición trata de ser contundente: «La parte demandada no puede sino desconfiar plenamente del correcto ejercicio de la potestad jurisdiccional y pastoral del obispo Salinas y, derivadamente, de su Tribunal de averiguar sobre el vínculo y buscar la certeza moral por los hechos que a continuación se narran».