La herencia millonaria del empresario de origen rumano Costantin Dragán ha dado lugar a un encarnizado enfrentamiento judicial entre la viuda y madre de tres hijos del fallecido y un vástago nunca reconocido. Un juzgado de Primera Instancia de Palma ha dado la razón al hijo ilegítimo al que concede una fracción (3/32) de la herencia. Si se tiene en cuenta que la fortuna de Dragán ha sido estimada en 1.600 millones de dólares por medios rumanos que le situaron como el hombre más rico del país dos años antes de su muerte en 2008, al nuevo heredero le corresponderían unos 150 millones de euros.
Dragán nació en Rumanía en 1917. En 1978 se hizo con la nacionalidad española, pero veinte años más tarde optó por la griega y murió en Palma.
El hijo ilegítimo de Dragán, Michael Periklis Fink, nació en 1970. En el año 2004 consiguió ser reconocido por un juzgado alemán. Sin embargo, esta paternidad nunca fue asumida y, cuando Dragán falleció no le incluyó en su testamento, firmado en Milán. Ese documento no se llegó a formalizar en una notaría en Grecia ni en Italia. Los únicos herederos que constaban eran la segunda esposa del empresario, con la que se casó en 1995, cuando tenía 78 años, y los tres hijos fruto de este matrimonio, todos menores de edad. Ese testamento fue sometido a pruebas caligráficas en el procedimiento y, finalmente, la magistrada lo ha considerado auténtico, por lo que concluye que la exclusión fue voluntaria. Todo el proceso para reclamar la herencia arrancó en 2009.
A la hora de declarase competente la magistrada tiene en cuenta que, aunque Dragán había optado por la nacionalidad Griega y formalmente vivía en Atenas, sus vínculos personales más estrechos estaban en Mallorca: sus hijos menores estaban escolarizados en Palma.
La sentencia puede ser recurrida ante la Audiencia.