Dimonis y efectos pirotécnicos protagonizaron el Correfoc de anoche en Palma, en el que participaron cinco colles y grupos de batucades, así como el Drac de Sant Jordi y el Drac de Na Coca.
Cientos de personas disfrutaron de un espectáculo que arrancó en la Costa de la Sang y se prolongó por la Rambla, calle de la Riera, plaza Weyler y calle Unió, hasta llegar a la plaza de Joan Carles I, cerca de la medianoche, donde todas las colles realizaron un encendido conjunto. El recorrido, por las calles anchas, aportó vistosidad ya que los dimonis, con sus juguetes diabólicos y quemando pólvora, pudieron moverse con soltura, invitando al público a danzar bajo las ruedas de fuego.
Espectacular inicio de un correfoc en el que participaron más de 140 traviesos dimonis. El alumbrado público y la iluminación navideña se apagaron y tan sólo unos puntos rojos de luz, simulando el fuego del infierno, dieron mayor vistosidad a la puesta en escena, en una noche de luna llena y temperatura agradable que animó a disfrutar de uno de los platos fuertes de las fiestas patronales de Palma.
La colla Endimoniats estuvo acompañada por la batucada Fieres de foc, de Inca. Cada colla dispuso de unos 25 kilos de pólvora y ninguno de los participantes escatimó energía, a pesar de que se avanzó lentamente durante todo el recorrido, llegando a durar dos horas todo el espectáculo.
Enfocats, la colla de son Sardina, que junto a la colla Trafoc son las dos más veteranas de Palma, cuenta con más de 35 personas, la mayoría de ellas mujeres. Los dimonis de Enfocats soplaron fuego durante toda la bajada de la Costa de la Sang y estuvieron acompañados por el incesante sonido de la batucada de Campanet, aunque cuentan desde hace muy poco con una batucada propia que aún no se ha estrenado.
Por su parte, los 66 integrantes de la colla Realment Cremats del Secar lucieron una indumentaria inspirada en los frailes pero con sotanas rojas. Realment Cremats alzaron una enorme maza que era el dimoni gros, además de llevar un coche de bebé trasformado en diabólico, una bicicleta con varios puntos de fuego y numerosas ruedas que provocaban la lluvia de artificios.
El Drac de Sant Jordi, creado en el año 2010 y perteneciente a la Asociación de Vecinos des Pla de Sant Jordi, escenifica la leyenda de la barriada palmesana y ofrece hasta 35 puntos de fuego. Una vistosidad dirigida por Matías Capellà, quien controla a la bestia por la cola. Durante todo el recorrido, desde el escenario instalado en Joan Carles I, els tamborers de Sóller Esclata Drums, el dj PIL.M8 y unas espectaculares bailarinas no pararon de amenizar la espera de quienes aguardaban para presenciar el encendido final. La colla Kimfumfà estrenó cacharros, como un carrito de súper trasformado en un artilugio sin describir. Los 30 integrantes de Kimfumfà destacaron por una indumentaria con capucha roja.
Se dieron dos grandes encendidos de los juguetes diabólicos, uno al final de la Rambla y otro en la plaza Weyler, puntos donde hubo también mucha expectación de público. Mucha gente, preparada para la ocasión, resguardándose de los chispazos que desprende la pólvora con capuchas, gorras, guantes y zapatos adecuados.
Como siempre, muchos niños rompieron a llorar ante la presencia de los dimonis, con rostros poco agradables y algunos realizando posturas oscenas. Cráneos de cabras, toros e incluso bueyes, con enormes y enrabiados cuernos, que aportan ese toque infernal.