El exgerente del Hospital Comarcal de Inca Fernando Navarro cargó ayer contra el conseller de Salut, Martí Sansaloni, que el pasado 22 de mayo le destituyó a consecuencia de la investigación abierta tras el fallecimiento del inmigrante ‘sin papeles', Alpha Pam.
Navarro afirma, a través de un comunicado, que el conseller Sansaloni fundamentó su cese «en que debía conocer y aplicar correctamente la normativa», y que, en consecuencia, debía «aplicar la normativa de atención sanitaria a inmigrantes en situación irregular».
«Quiero recordar que las instrucciones y protocolos de facturación relacionados con el tratamiento administrativo de los pacientes se dictan directamente por los Servicios Centrales del IB-Salut», concreta Navarro en su escrito.
Normativa
«Conozco perfectamente, y en consecuencia he aplicado en todo momento, la normativa relativa a los emigrantes en situación irregular», escribe Navarro y añade que «no me cabe la menor duda de que la responsable de admisión la conoce y la ha aplicado igualmente».
«Ignoro dónde fundamenta el conseller esta acusación, puesto que no ha escuchado la versión del Hospital de Inca», puntualiza Navarro.
«Mi cese se ha visto acompañado por el anuncio de apertura de expedientes contra la responsable de Admisión del hospital, un enfermero de triaje de urgencias, y una médico de urgencias» recuerda el ya exgerente y no comparte la apertura de los tres expedientes disciplinarios.
Navarro lamenta el fallecimiento del joven senegalés, «fallecimiento, que todos lamentamos, ha desencadenado una tormenta de acusaciones que ha acabado por presentar una imagen de la red sanitaria pública de Balears que no tiene nada que ver con la realidad».
«Quiero recordar que todos los pacientes que acuden a urgencias de los hospitales públicos, incluido por supuesto el de Inca, son atendidos con independencia de que sean españoles o extranjeros, residentes o visitantes ocasionales, de que dispongan o no de recursos, de que tengan o no regularizadas su situación. Absolutamente todos. Resulta sorprendente haber llegado a una situación en la que es necesario recalcar algo tan obvio», escribe el exgerente.
Navarro concluye su escrito afirmando que, «en consecuencia, por lo que a mí respecta, entiendo que cualquier imputación que se me pretenda realizar en relación a este asunto constituye una falsedad que no debo tolerar, reservándome cuantas acciones me corresponden en defensa de mi honor».