La Federación de Servicios Públicos (FSP) de la UGT denunció ayer que las listas de espera quirúrgicas están desbordadas y continúan aumentando de manera «progresiva e imparable», a pesar de las declaraciones públicas de los responsables sanitarios que «insisten en afirmar, sin el más mínimo rubor, que se mantienen las mismas prestaciones y servicios».
El sindicato afirma, a través de un comunicado, que «es evidente el descenso de los niveles de calidad y el aumento dramático de los tiempos de espera, ponen en peligro la salud de nuestra ciudadanía».
Como ejemplo de la situación general de las listas de espera la UGT da cifras de cómo están las listas en el Hospital Son Llàtzer, «datos a los que hemos tenido acceso y hemos podido contrastar al cien por cien», indicó ayer Miguel Ángel Romero, secretario de Acción Sindical de la FSP-UGT.
El número de pacientes pendientes de una intervención quirúrgica este mes de mayo en el Hospital Son Llàtzer, es, según la UGT, de 2.000 pacientes esperando más de 150 y 180 días a ser atendidos en intervenciones quirúrgicas.
En concreto, según los datos que baraja el sindicato, en mayo hay 627 pacientes que llevan más de 180 días esperando poder ser intervenidos quirúrgicamente y 1.370 que aguardaban quirófano durante más de 150 días.
En octubre de 2011 había 133 pacientes esperando más de 180 días y 362 esperando más de cinco meses.
Especialidades
Las especialidades con mayor número de gente esperando son: cirugía (759 pacientes); traumatología (363); ginecología (131); urología (48) y otorrinolaringología (47).
Según la FSP-UGT con el cierre de quirófanos y camas anunciado por el Govern como medida de ahorro para este verano, el aumento «será todavía más dramático» y añaden que quizás el Govern «cambiará el nombre de las listas de espera por el de listas de la vergüenza».
La FSP-UGT considera este motivo más para que la ciudadanía y los profesionales de la salud acudan a la concentración convocada por UGT, CCOO, STEI-i, CSIF y USAE mañana jueves a la 18.00 horas en la Plaça d´Espanya de Palma.
Lo peor de esta situación, indican desde la UGT, «es la desesperación de los pacientes, la desmotivación y desmoralización de los profesionales sanitarios y la indiferencia de los políticos».