Es una historia bella, que a la fuerza debe llenarnos de optimismo y más viviendo en un mundo en el que lo material está por encima de los demás valores. Es la historia de dos mujeres que, tras haber cumplido con sus quehaceres cotidianos, dedican parte de su tiempo a los más necesitados, gentes sin techo y abandonados de la mano de todos. Ellas son Juana Ripoll y Paulette Bertoni -ama de casa y trabajadora de un supermercado, respectivamente-, miembros de la Asociación Aura Solidaria, que ayuda a gente sin recursos con problemas de tipo emocional, a los que trata a través de concentrados florales que no tienen efectos secundarios ni contraindicaciones. Llevan a cabo este trabajo de forma desinteresada desde hace año y medio. Aprendieron la técnica de las flores a través de las enseñanzas que recibieron de parte de Amparo Curta, Mercedes García y Pedro López Clemente, que además es elaborador y preparador floral.
«Desgraciadamente -apunta Juana-, hoy en día se usa bastante para lucro personal, lo cual nada tiene que ver con la filosofía del doctor Bach, creador de este método, que aplicó gratuitamente a los pobres y necesitados. Si quien lo recibía era persona pudiente debía aportar una cantidad voluntaria con la que se ayudaba a los necesitados». A Juana y a Paulette nos las encontramos en Can Gazà, a donde acuden una vez cada mes a aplicar este tratamiento a la mayoría de las personas que viven allí. «En primer lugar hay que estudiar al paciente, saber cómo es, y eso lo hacemos a través de radioestesia o, para entendernos, aplicando la técnica del zaorí. Según las indicaciones del péndulo que tenemos programado, sabemos qué flores debemos aplicar».
En total tienen alrededor de 80 concentrados de flor correspondientes a otras tantas flores (las 38 flores del doctor Bach, además de esencias del Mediterráneo, de minerales, de orquídeas y aureas, que son las más nuevas). A Jaume Santandreu, al que le han pasado el péndulo, le corresponden tres tipos de flores: olmo, red-chestnut (o flor del castaño rojo) y olivo. «El olmo regula el exceso de responsabilidad; el red-chestnut, exceso de preocupación, y el olivo da fuerza física y mental».
Pedro Prieto