M.NADAL/M.DE LA ROSA
Los bares y restaurantes de Inca abrieron ayer sus puertas con los
típicos ceniceros colocados encima de todas las mesas del local.
Ese acto ayudó a los fumadores a encender sus cigarrillos sin ni
siquiera acordarse que la ley antitabaco había entrado en vigor el
día anterior.
Todos los propietarios de locales encuestados por este periódico coincidieron en afirmar que hay muy poca información sobre este tema y que no les había llegado ninguna notificación desde las instituciones que les recordase que la ley antitabaco entraba en vigor el pasado domingo y que les explicase sus puntos. «Todo lo que sabemos es por el periódico», aseguraba María Albalat del bar Español de Inca. Por esta razón, muchos de los encuestados dijeron que hasta que no vaya nadie a los establecimientos para explicarles la nueva ley no la aplicarán.
Algunos clientes de los bares de Inca, se quejaban ayer que la gran mayoría de establecimientos de ocio del municipio no llegan a los 100 metros cuadrados de superficie con lo que el propietario del bar deberá decidir si convierte su establecimiento en un lugar libre de humos o no. Por su parte, algunos propietarios o camareros de bares, como Andrés Martínez, camarero del bar Kiko, aseguraron que si no permites fumar a los «clientes que han venido siempre aquí y han encendido su cigarrillo, puede ser que no vuelvan». Por esta razón todo parece indicar que Inca seguirá siendo una ciudad con humos.