El magnate venezolano Ricardo Cisneros se casó el pasado 18 de febrero, en Miami, con la abogado Anabella Siso. Él tiene, de sus anteriores matrimonios cuatro hijos, y ella dos, ambos presentes en la fiesta. Desde entonces a hoy han organizado tres festejos con motivo de la boda: la despedida de soltero, en Caracas, la boda, en Miami, y la presentación en Europa, ante un importante grupo de amigos. Esta última tuvo lugar el viernes en Es Canyar, en casa de Cristina Macaya.
En 30 años que llevo escribiendo de famoseo y de famosos, jamás había visto tanto glamour junto. Y es que la fiesta, en todos su aspectos, fue espectacular. Se inició a mediodía del viernes con una misa en la finca de la anfitriona, parece ser que celebrada por Tomeu Català, de Projecte Home. Horas después, con la noche ya bien instalada, se inició la fiesta, que se prolongó hasta el alba. Instalados en distintos hoteles, los invitados fueron llegando poco a poco, ataviados, sobre todo ellas, con galas de ensueño. Cuentan que a la novia, su compatriota y amiga Carolina Herrera le ha hecho cinco vestidos para estas celebraciones. Uno de estos vestidos era el que lucía anteanoche.
La cena, que siguió a un aperitivo largo, variado y exquisito, tuvo lugar en el palacete de cristal que Macaya mandó levantar hace años junto a los naranjos. El evento se abrió con un consomé con caviar, al que siguió un solomillo relleno y concluyó con un postre en el que hubo chocolate. El vino, servido por camareros, excelente. Como no podía ser de otro modo. La cena, en su primera parte, estuvo amenizada por un grupo flamenco, reemplazado a los postres por una orquesta con una vocalista negra, guapísima, de espectacular vestido rojo a juego con su voz. Extraordinaria.
Pedro Prieto