Miguel Nández, el cuarto clasificado de la segunda edición del concurso de televisión Operación Triunfo, pero sin duda uno de los mejores cantantes de la citada promoción, con un impresionante porvenir en opinión de los entendidos, pasa unos días de descanso en Mallorca, concretamente en Cala d'Or, en casa de su tío Xema. Nández confiesa que es la primera vez que viaja a la Isla y, pese a lo poco que ha visto aún, le está gustando bastante. Le acompaña Vanesa, su novia, ex campeona de España de ciclismo en pista, actividad de la que se ha retirado recientemente.
El viernes por la noche estuvieron cenando en el restaurante Capriccio Italiano, de su amigo Alberto Adrover, uno de los lugares de moda de aquella localidad, y por la noche se pasaron por la discoteca Cotton Club, también propiedad de Alberto, atendiendo la invitación que les hizo Nick, su director. Tuvieron que salir del local por la puerta de atrás debido al gran número de fans que de pronto apareció buscando un autógrafo, unas palabras, o una foto al lado de su ídolo. Ayer al mediodía se les vio en el restaurante Vicente, también de Cala d'Or.
Debido al contrato que une a los cantantes de OT con Gestmusic, Nández no puede hacer declaraciones ni posados, por lo que no nos quedó más remedio que sumarnos al grupo, pegar la oreja y pillar las cuatro cosas más interesantes que dijo e hizo. Mientras el mundo de los famosos y de las exclusivas esté montado así, el periodismo se convierte en algo que nada tiene que ver con el periodismo. ¡Qué le vamos a hacer! Pero en este caso la culpa no la tienen Nández, ni su novia, ambos muy abiertos y simpáticos, ni la gente que le acompaña, en este caso su tío y su prima Samara.
Texto: Pedro Prieto