Vladímir Putin, presidente de Rusia, ha acusado a Occidente de empujar a su país hasta sus «líneas rojas», situaciones que ha dejado claro públicamente que no tolerará, y afirma que Moscú se ha visto obligado a responder ante estas acciones.
En una reunión con responsables de Defensa, Putin expresó su preocupación por el desarrollo y posible despliegue de misiles de corto y medio alcance por parte de Estados Unidos. Advirtió que si Washington sigue adelante con estos planes, Rusia levantaría todas sus restricciones voluntarias al despliegue de sus propios misiles.
Respecto a la situación en Ucrania, el mandatario ruso destacó que el ejército de su país ha tomado el control de 189 asentamientos en lo que va de año. Asimismo, subrayó que el objetivo de las armas nucleares de Rusia es meramente disuasorio.
Estas declaraciones se producen en un contexto de crecientes tensiones entre Moscú y las potencias occidentales, especialmente a raíz del conflicto en Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia por su papel en el mismo. La comunidad internacional sigue de cerca la evolución de esta situación, ante el temor de una posible escalada en la confrontación entre ambas partes.