Las Fuerzas Armadas de Rusia han logrado hacerse con el control de una nueva localidad en la región ucraniana de Donetsk en su avance hacia la estratégica ciudad de Pokrovsk, en un frente que concentra estos días gran parte de los enfrentamientos directos con las tropas ucranianas. Pokrovsk está considerado un nudo estratégico clave para los intereses del Ejército de Ucrania. Según un informe publicado este martes por el Ministerio de Defensa de Rusia, sus fuerzas ese han hecho ya con el control de otro pueblo en las inmediaciones, Zheltoye, por lo que estarían un paso más cerca.
Las Fuerzas Armadas de Ucrania han confirmado que en esta zona han «repelido» en las últimas horas un total de 51 ataques, lo que supone casi una tercera parte de los 175 enfrentamientos registrados en todo el país. El propio presidente, Volodimir Zelenski, reconoció la semana pasada que es uno de los escenarios más complicados a día de hoy.
Por otra parte el presidente ruso, Vladímir Putin, condecoró en secreto a la pareja de espías rusos detenidos en Eslovenia y que fueron canjeados en agosto pasado en el mayor intercambio entre Rusia y Occidente en varias décadas. Según informó hoy el canal de Telegram Agentsvo, Ana y Artiom Dulcev recibieron la Orden al Valor, según se extrae de la publicación de la revista 'Espía' del Servicio de Espionaje Exterior.
Los Dulcev concedieron una entrevista a la revista en la que admiten que en 2009 fueron invitados a servir en los servicios secretos, tras lo que se sometieron a un curso de tres años de instrucción especial. Añadieron que desde 2012 operaron en el exterior y que se conocieron en la ciudad rusa de Nizhni Nóvgorod cuando ya trabajaban como espías.
«Ahora lo importante es ayudar a los niños a adaptarse y a aprender el idioma. También queremos enseñarles nuestro precioso país. Después, evidentemente, estaremos preparados a continuar el servicio. Aún hay muchas cosas que queremos hacer», señaló Artiom. Los hijos de esos dos espías, detenidos en Eslovenia en 2022, no sabían quién era Putin y «descubrieron que eran rusos sólo cuando el avión despegó de Ankara», según informó en su momento el Kremlin.
El presidente ruso recibió personalmente en el aeropuerto de Moscú a los ocho presos liberados en el mayor canje con Occidente desde 1985. Putin saludó a Anna Dulceva, quien se fundió llorando en un abrazo con el jefe del Kremlin, que le regaló un ramo de flores en presencia de sus dos hijos. Luego el líder ruso se dirigió a su marido, quien junto a su esposa se declaró culpable de los cargos de espionaje y falsificación de documentos ante la Justicia de Eslovenia. Entre los canjeados figuraba el ciudadano español de origen ruso Pablo González, quien ejerció varios años como periodista y estuvo dos años encerrado en una prisión en Polonia bajo sospechas de espionaje. A cambio, Rusia liberó a 15 rusos y extranjeros que cumplían penas en prisiones de este país, a lo que hay que sumar un ciudadano alemán condenado a muerte en Bielorrusia.