Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE tienen sobre la mesa una nueva propuesta para el fondo de recuperación económica que daría en la práctica a Países Bajos el poder de bloquear el desembolso de ayudas si considera que el país que las va a recibir no ha planteado las reformas adecuadas o no son lo suficientemente ambiciosas.
El planteamiento actualizado que ha presentado el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, al que ha tenido acceso Europa Press, incluye un «freno de emergencia», según el cual un solo país podría pedir, en el plazo de tres días, que sus dudas sobre un plan nacional se eleven a una reunión extraordinaria a nivel de ministros de Finanzas e incluso a una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno.
Sería en uno de estos dos foros donde se intentaría encontrar una solución «satisfactoria», pero el documento del belga no especifica cómo se tomaría la decisión. Si fuera por unanimidad, por ejemplo, La Haya tendría un derecho real de veto y podría exigir reformas laborales o de pensiones a España o Italia.
En cualquier caso, fuentes diplomáticas holandesas consideran que la propuesta de Michel «es un paso serio en la dirección correcta», pero advierten de que todavía «hay muchas cuestiones que resolver» y el éxito de las negociaciones «dependerá de las próximas 24 horas».
Para España, este enfoque sobre la condicionalidad «sigue siendo un obstáculo», han explicado fuente de Moncloa. A nivel general, sin embargo, la delegación española considera «positivo» que se mantenga la cifra global del fondo de reconstrucción y que se refuerce el programa que canaliza los fondos a los gobiernos europeos.
Rebaja de las transferencias directas
En concreto, la nueva propuesta recoge un plan de recuperación que preservaría un tamaño de 750.000 millones de euros, pero las transferencias directas a los países se reducirían a 450.000 millones (50.000 millones menos) a favor de los préstamos reembolsables, que aumentarían hasta los 300.000 millones.
Dentro de los 450.000 millones en transferencias directas, los Estados miembros recibirían 325.000 millones en subvenciones a través del Fondo para la Recuperación y la Resiliencia (RFF), el pilar más importante del plan, lo que supone un incremento de 15.000 millones de euros.
El resto iría canalizado a las capitales a través de otros programas que sufren recortes, como la dotación extraordinaria para la Política de Cohesión (que se queda en 45.000 millones) o el nuevo plan Juncker, rebautizado InvestEU (11.500 millones).
Desaparece en la nueva propuesta el fondo para incentivar inversiones privadas en empresas a través del BEI, que contaba con un presupuesto de 26.000 millones y buscaba solventar el escaso margen fiscal de algunos países como España para recapitalizar su tejido productivo.
El documento también recoge un incremento de los 'cheques' o correcciones que se hacen en las contribuciones de los países más ricos del bloque para que aporten menos dinero al presupuesto comunitario. En total, Austria, Alemania, Dinamarca, Suecia y Países Bajos se ahorrarían 46.000 millones de euros entre 2021-2027 que tendrían que completar el resto de socios.
Comida entre países del sur y del norte
Los jefes de Estado y de Gobierno han debatido este nuevo borrador desde las 11.00 horas de la mañana y durante menos de dos horas. La sesión a veintisiete ha sido disuelta poco antes de las 13.00 horas para dejar espacio a consultas y reuniones de grupos más pequeños.
El presidente del Consejo europeo ha organizado una reunión entre los dos grandes bloques más importantes de la negociación. Así, ha juntado a los mandatarios de Alemania, Francia, Italia, España y Portugal con sus homólogos de Países Bajos, Austria, Dinamarca, Suecia y Finlandia. Más tarde se ha unido también el primer ministro de Grecia.